El ministro de Relaciones Exteriores saudí, Adel al Jubeir, anunció ayer la ruptura de las relaciones diplomáticas de Arabia Saudita con Irán, después de que manifestantes irrumpiesen en su embajada en Teherán (Irán), en protesta contra la ejecución del religioso chií saudí, Nimr Baqer al-Nimr.

Todos los diplomáticos iraníes debían dejar Arabia Saudita en 48 horas.

La ejecución del clérigo de 56 años, figura de la oposición al régimen de Al Saud, intensificó ayer las tensiones en Oriente Medio, en particular en Irán (Teherán), y provocó la ira de las comunidades chiitas de Arabia, Líbano, Baréin, Yemen, Irak, Pakistán, India y otras.

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La ONU, Estados Unidos, la Unión Europea, Alemania y Francia expresaron también su preocupación y temen una intensificación de las tensiones entre chiitas y sunitas en la región, en medio del conflicto sirio y de la guerra de Yemen.

El clérigo fue ejecutado el sábado último con otros 46 sentenciados por supuesto terrorismo. La mayoría eran yihadistas de Al Qaeda. “Sin ninguna duda, la sangre injustamente derramada de este mártir tendrá sus consecuencias y la mano divina lo vengará de los dirigentes saudíes”, dijo el guía supremo iraní, Alí Jamenei.

Naciones Unidas llamaron a la calma y moderación. (I