Los estadounidenses tendrán ahora más dificultades para tratar de averiguar dónde nació, creció y fue sacrificado el animal cuya carne roja están consumiendo.

El Congreso derogó el mes pasado una ley de etiquetado que obligaba a los minoristas a incluir el país de origen de la res o el cerdo en los paquetes de carne. Fue una victoria importante para la industria de la carne, que luchó contra esa ley en el Congreso y en los tribunales desde la década del 2000.

Los legisladores alegan que no tuvieron más remedio que revocar las normas de las etiquetas después de reiteradas resoluciones de la Organización Mundial del Comercio. La OMC autorizó recientemente a Canadá y México para que apliquen represalias económicas contra Estados Unidos por más de 1.000 millones de dólares.

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Los grupos defensores de los consumidores en Estados Unidos dicen que la derogación es decepcionante en momentos en que los consumidores están pidiendo más información sobre el origen y procesamiento de sus alimentos. (I)