“El mayor desafío de los trabajadores es la actual situación económica que se ha traducido en despidos en varias empresas, lo que incrementa la desocupación. Esto ya se evidencia en las cifras del subempleo y el desempleo. A septiembre pasado un 49% de la población económicamente activa tenía un empleo inadecuado (ganan menos del salario mínimo que para este año se fijó en $ 366) y un 4,28% estaba desempleada, según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC). El presidente (Rafael) Correa está entregando salvaguardias a los empresarios para que no caigan en mora con el IESS y el SRI, mientras que a los trabajadores nos ha aumentado $ 0,40 el salario diario.

El Gobierno ha practicado la política de la división social para imponer su proyecto. Los trabajadores no estuvimos exentos de esto, hemos sido afectados con las restricciones de las conquistas sindicales, aduciendo que eran privilegios y entonces se logró afectar la libre contratación y el Estado representado por el Gobierno dejó de ser el regulador y se situó como Estado Empleador.

A los trabajadores públicos se les ha cambiado su estatus jurídico a servidores públicos, esto entraña una desviación social, pues con ello se pretende desaparecer de un plumazo toda la lucha histórica de los trabajadores. Allí está el reto de la importancia de armar sindicatos y de firmar los contratos colectivos.

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Los sindicatos no pueden convertirse en la correa de transmisión de la política del régimen. Ante ello, resolvimos fortalecer la unidad en el Frente Unitario de Trabajadores (FUT) para defender su lucha histórica.

Hace falta un acuerdo nacional de fomento al empleo, invirtiendo en actividades de mayor generación de puestos de trabajo como la industria de la construcción, de la producción de alimentos y el desarrollo agropecuario para incrementar las exportaciones y lograr mayores ingresos.

En este año electoral, no será fácil que nos propongan el candidato que todo lo sabe y que todo lo puede o que nos engañe que va a terminar con los males del pasado. Todo eso ya lo vivimos y cada vez fue peor. Los trabajadores proponemos la unidad para la acción, para disputar los espacios políticos en mejores condiciones. En su momento tenemos que proponer a los candidatos progresistas de la izquierda una plataforma de aspiraciones como la generación de trabajo con salario digno, reforma agraria, devolución de los fondos del Seguro Social... No es un terreno fácil, pero estamos dispuestos a construir la unidad y deponer actitudes personales y buscar la opción política que nos permita enfrentar el desafío de construir un mejor país”. (I)

‘‘Debemos dejar mal parados a los intentos de dividir a los trabajadores. Hay que mantener la resistencia social en las calles con marchas que reflejen la unidad del país”.