Una carpa blanca, un pequeño escritorio de madera y un par de sillas plásticas conforman el puesto de trabajo de Julio Morales, un docente de química de 45 años que actúa como juez de paz de la parroquia El Morro, en la provincia del Guayas.

A pesar de que sus estudios se relacionaron con fórmulas, tiene la habilidad para el diálogo y la resolución de conflictos.

A su despacho han llegado casos como problemas por préstamos de dinero, litigio de tierras, de contaminación y hasta por el exceso de ruido.

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“Nuestra misión es hacer la mediación de casos, resolverlos de manera equitativa y amistosa para evitar que estos lleguen a instancias mayores”, cuenta el juez de paz, quien desde diciembre del 2014 hasta la fecha ha resuelto 8 casos de los 221 que constan en el registro del Consejo de la Judicatura (CJ).

“Un juzgado de paz es impulsado por la comunidad, esta debe hacer una solicitud para la designación. Se ven candidatos, son capacitados y al final se hace la elección del juez de paz que será posesionado por la Judicatura”, dice Gustavo Jalkh, presidente de ese organismo.

El funcionario detalla que el 2015 se posesionaron 111 jueces de paz en igual número de parroquias, en 23 provincias, excepto Galápagos.

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Expresa que al ser líderes reconocidos en sus comunidades ellos pueden mediar con mayor facilidad conflictos del vecindario, familiares, territoriales y si es de dinero solo hasta cinco salarios básicos.

Durante el 2015, según el CJ, se capacitaron a 863 promotores de paz, quienes son los que preceden al juez de paz para impulsar la labor.

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Morales cuenta que sus jornadas de mediación también incluye recorridos por zonas vecinas como Puerto El Morro y recintos como San Miguel, San Juan y Los Pocitos.

Pero desearía tener un espacio físico de atención que dé mayor privacidad a la gente para que “nadie se entere de que existen desacuerdos, para evitar comentarios”, dice al revisar la reglamentación de su ejercicio que le entregó el CJ.

En el documento constan especificaciones como el servicio social que hacen a su comunidad, por ende no reciben un sueldo. Sin embargo, tienen el beneficio de capacitaciones, becas y reconocimientos. (I)

Nombre
Julio Morales
Edad
45 años
Familia
Casado, con tres hijos.

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ANTECEDENTES
Egresado de la carrera de Educación. Ha hecho voluntariado en los recintos aledaños a la parroquia El Morro. Recibió capacitación en temas de liderazgo y manejo de conflictos.