Agapito González Pérez ha sido zapatero, joyero, escultor, y a sus 81 años es uno de los ‘monigoteros’ más longevos de la calle 6 de Marzo, la vitrina que en estos tiempos exhibe el talento de muchos artesanos que viven de la confección de los tradicionales años viejos.

Él cuenta que lleva más de tres décadas en el oficio que le sirve para ganar dinero y mantenerse activo. Vive solo, en Calicuchima y 6 de Marzo, tras quedar viudo hace 15 años.

Reseña que se vinculó con el negocio por curiosidad, pero luego vio en el oficio una opción rentable de trabajo.

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González ha sido testigo de la evolución del arte de confeccionar monigotes. “Cuando empezamos eran los muñecos de trapo rellenos de aserrín, después vinieron las estructuras de palo y ahora que la gente usa puro moldes”, evoca.

Sin embargo, él mantiene la técnica de hacer los muñecos con armazón de palo. Dice que esos monigotes son mejores, más fuertes y la gente demora un poco más en quemarlos.

Este año, el artesano ha fabricado los personajes de Condorito y su pareja Yayita. “Usted recorre toda la 6 de Marzo y no los va a encontrar en otro lado, son personajes viejos que uno recuerda”, dice.

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Pero cita que su fuerte es la fabricación de caretas y en su gama de creaciones está la del alcalde Jaime Nebot.

También ha confeccionado caretas del presidente Rafael Correa y del vicepresidente Jorge Glas, entre otros personajes de la política nacional.

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Ahora, en su stock exhibe además caretas del Hombre Araña. Para fabricarlas, González diseña los moldes de arcilla y luego los forra con papel y almidón, técnica que, según él, también es antigua y no se usa mucho actualmente.

Sostiene que aunque este año no hizo muchos muñecos ni caretas, la actividad le sirve para entretenerse.

De su experiencia como zapatero, que empezó a los 16 años de edad, recuerda que llegó a ser maestro a los tres años de estar en el oficio. Trabajó en un taller en Portete y Guaranda. “Yo hacía los zapatos de suela que antes salían buenos, solo esos se usaban”, cuenta.

Menciona que aunque ya no hace zapatos, aún arregla el calzado de alguno de sus vecinos que lo buscan.

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Cuando habla de su faceta de joyero narra que él fundía los anillos de oro y plata que se vendían en locales del centro, aunque no recuerda bien en qué direcciones.

“Yo he sido y soy un artesano completo”, afirma. (I)

A mí me gustan los oficios, por eso es que yo hago cualquier cosa que tenga que ver con el arte. Mi primer oficio fue ser zapatero y todavía arreglo uno que otro, ya no los hago”.Agapito González, Artesano