Cuando hay menos ingresos, hacer recortes –priorizando gastos– ayuda al presupuesto del hogar. Familias y analistas coinciden en el uso eficiente del dinero como una de las claves.

Buscar equilibrio entre lo que necesita y el dinero que tiene es una batalla de todos los días para Daysi Aguirre, de 46 años. Mientras realiza sus compras en el mercado Este, dice que lo principal en su casa ahora es evitar el desperdicio.

Cuando hay algo de soltura económica, explica, se puede comprar de más y los productos terminan por dañarse. Aguirre hace que los $ 15 que lleva en la mano a diario compren solo lo necesario. Así ha reducido $ 5 en su presupuesto.

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Para limitarse en los gastos y manejarlos con cautela, Julio José Prado, director del área de economía del IDE Business School-Universidad Hemisferios, da trucos:

“Separar el dinero en efectivo destinado a ciertos consumos en sobres, por ejemplo. En un sobre escribir ‘comer afuera’ o ‘gasolina’ y en ellos guardar lo destinado para eso y no gastar más que ese dinero. El uso de tarjetas da la ilusión de que se puede gastar incluso más de lo que se gana”, dice.

Indica que no son necesarios recortes extremos, sino bajar la frecuencia de algunos, como las salidas por entretenimiento.

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Esto se aplica en la casa de Aguirre, donde además de salir menos han optado por realizar menos reuniones familiares.

Otra de las recomendaciones es tener una planificación de corto, mediano y largo plazo, según el decano de la Facultad de Ciencias Empresariales de la UEES, Jorge Calderón. Esto ayuda a tener claros el monto de los ingresos fijos (sueldos) y los variables (comisiones) y así reconocer recortes o ahorros.

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Ángela Borja (46 años) afirma que hacer presupuestos sí da resultado. En su casa se planifica todo gasto, desde la televisión por cable hasta los pagos de la comida. Eso les ha permitido durante mucho tiempo hacer sus compras en efectivo.

No le gusta estar endeudada, por eso solo gasta de acuerdo con su capacidad.

El rector de la Ecotec, Fidel Márquez, también destaca la importancia de tener reservas. Dice que el ecuatoriano no es propenso a ahorrar, pero que en tiempos de crisis se debe volver una obligación, por el riesgo del desempleo o una enfermedad.

Considera que es muy válido ser cauto con las deudas, pues en tiempos de crisis no se recomienda las que se adquieren por un vehículo ni viajes.

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En el caso de la compra de una casa sugiere retrasar dicha inversión, si está en un trabajo nuevo o ve que la empresa tiene problemas y está liquidando personal. (I)