En Guayaquil, su creación de más tamaño es el árbol de Navidad de 20 metros de altura que se exhibe en el Malecón Simón Bolívar. Pero Gisella Montesdeoca plasma su ingenio en diferentes centros comerciales y pasajes de la ciudad donde se viven las festividades navideñas.

Detrás de las enormes estructuras adornadas con guirnaldas, bolas de colores y miles de luces led está Gisella, una ingeniera en Marketing que ha decorado el árbol del Mall del Sol desde 1996.

Hoy, este tiene cinco balcones para que puedan ubicarse grupos corales. Allí se realizó un festival intercolegial durante este mes.

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Arcos de luces en la entrada del Malecón Simón Bolívar, luces rodeando palmeras en Plaza Lagos, figuras de renos y estrellas navideñas a lo largo de la av. Samborondón dan un toque de fantasía a las decoraciones que están instaladas en esta época del año.

Gisella, madre de cuatro hijos y graduada en la Universidad de Tampa (Florida), labora desde hace doce años entre Estados Unidos y Ecuador con su empresa de decoraciones GM Christmas. En junio envía bocetos de la decoración de sus árboles a diferentes clientes. Tarea que comparte con 50 colaboradores, relata.

“Comenzamos a trabajar desde junio. Ya más o menos todo se maneja ahora por internet, mando los diseños, vengo, hablo con los clientes, y se empieza el proceso de elaboración...”, comenta.

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Sus creaciones destacan en centros comerciales como Mall del Sur y CityMall, en Guayaquil, o Village Plaza y Plaza Lagos, de la parroquia La Puntilla, en Samborondón. También en avenidas de los cantones Yaguachi, Ambato y Esmeraldas, por ejemplo.

“Es como atraer clientes a los malls y que la gente se enamore de su ciudad”, dice.

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Justamente, su camino en este mundo de marketing emocional lo inició cuando laboraba como ejecutiva de cuentas en una agencia. Allí le tocó trabajar en el mercadeo de un mall y descubrió esta faceta.

Hoy Gisella, quien ha cursado talleres de decoración en Francia y Alemania, cuenta que montan el árbol desde la cúspide hasta la base, en un mes de trabajo.

Ver que su trabajo genera una sonrisa a un niño o un adulto, es su más grande recompensa, dice Gisella.

Culminada su labor, ayer emprendió viaje a Weston, Florida (EE.UU.), donde pasará la Navidad con su familia a la que siempre gustar traer a su país natal. “Amo Ecuador. De hecho, por eso sigo trabajando acá”, dice la guayaquileña. (I)

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