La moneda argentina se hundió 29% frente al dólar al entrar en vigencia la liberación cambiaria dispuesta por el gobierno de centroderecha de Mauricio Macri. Esta caída se dio ayer, luego del anuncio que puso fin a las restricciones aplicadas en la gestión pasada.

Con atención, nerviosismo e incertidumbre, los bancos y casas de cambio abrieron con demoras ante la ausencia de cotizaciones hasta que lentamente se fueron armando los diferentes circuitos financieros bajo la consigna de un recuperado tipo de cambio oficial.

Frente a las dudas reinantes tras el giro abrupto en materia cambiaria, algunos agentes del mercado prefirieron mantenerse al margen hasta que se normalice el ritmo.

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Analistas coincidieron en que el sector agropecuario es el primer gran beneficiado por la mejora de la competitividad, mientras que los trabajadores serán de los más perjudicados por el alza en la inflación.

Según analistas, el desplome del peso acelerará aún más la inflación, que supera el 20% anual, lo que golpeará al consumo y hará que la economía argentina termine el año próximo estancada o con una leve recesión, para repuntar recién durante el 2017.

“Lo que uno espera es que estas medidas permitan reordenar la economía para empezar a crecer”, dijo Fausto Spotorno, economista de Orlando Ferreres y Asociados, que estimó que con las políticas del nuevo Gobierno la actividad del país podría crecer el 3% en el 2017.

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La expresidenta de centroizquierda Cristina Fernández había impuesto severos límites sobre el mercado cambiario en 2011 para evitar fugas de capitales en la economía. (I)