Grecia se dispone a otorgar por primera vez un marco legal a las parejas homosexuales, a través del pacto de unión libre creado en 2008, del que fueron explícitamente excluidos bajo la presión principalmente de la Iglesia.

El ministro griego de Justicia presentó un proyecto de ley en este sentido, que deberá ser sometido a votación el 22 de diciembre. Grecia cumple así con sus obligaciones, después de haber sido condenada en 2013 por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos por discriminación tras una denuncia de militantes homosexuales.

El pequeño partido de derecha soberanista Anel, aliado de Syriza (izquierda) en mayoría gubernamental, dio a entender que podría votar en contra, pero el gobierno de Alexis Tsipras espera obtener el apoyo de la oposición socialista y centrista.

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Además de abrir el pacto de unión libre a los homosexuales, el texto aumenta los derechos de los contrayentes, acordándoles en materia de fiscalidad, jubilación y herencia un estatus equivalente al de las parejas casadas, salvo el derecho de adopción.

La Iglesia ortodoxa griega, no separada del Estado, reaccionó a la publicación del proyecto de ley reiterando una condena de 2013 de "las aberraciones de la institución familiar". Según la Iglesia, estas "aberraciones" incluyen "el matrimonio civil", legalizado en Grecia en 1981, "la familia monoparental, la unión libre y el supuesto matrimonio homosexual".

El alto clero ortodoxo se abstuvo no obstante de inmediato de hacer declaraciones, a excepción de algunos dignatarios notoriamente racistas y homófobos. Entre estos, el obispo de Kalavryta (Peloponeso) calificó a los homosexuales de "deficientes mentales" y pidió a los fieles "escupirles encima".

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Particularmente bajo presión de la Iglesia, el gobierno de derechas de la época excluyó explícitamente a las parejas homosexuales del pacto de unión libre creado en 2008 para armonizar el derecho nacional con las reglas comunitarias y modernizar un derecho familiar inalterado desde hace 20 años.

Dos parejas, gay y lesbiana, respondieron ante esto contrayendo matrimonio civil en el ayuntamiento de la pequeña isla egea de Tilos, aprovechando que los textos sobre el matrimonio civil no especifican el sexo de los cónyuges.

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Los "esposos, al ver anuladas sus uniones, como era de prever, por la justicia, en ausencia por ahora de una disposición que autorice explícitamente el matrimonio homosexual en Grecia, llevaron el caso ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, que no se ha pronunciado por ahora. (I)