En medio de fricciones entre agrupaciones arrancó la mañana de ayer la celebración por el 67º aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos en el centro.

En las calles Lorenzo de Garaycoa y 9 de Octubre, en uno de los ingresos del parque Centenario, se concentraron delegaciones que deseaban realizar sus proclamas. Unos en defensa de sus derechos, otros en rechazo a disposiciones que supuestamente afectan sus puestos de trabajo.

Hasta el lugar llegaron miembros del Comité de familiares de personas con trastornos mentales del Ecuador (Cofatme). También otras delegaciones convocadas por el Comité Permanente por la Defensa de los Derechos Humanos de Guayaquil (CPDH).

Publicidad

Los primeros portaban carteles con frases como “Somos una población vulnerable, merecemos una vida digna”. Eran familiares, enfermeras y personal del Instituto de Neurociencias que pertenecen al comité. Los acompañaban estudiantes de psicología de la Universidad de Guayaquil.

Norman Castellanos, del Cofatme, insistió en que su marcha era independiente y con el único objetivo de que se diera mayor atención a la población con discapacidad intelectual.

Por ello, se oponían a participar junto con otros grupos como los conductores de tricimotos que reclamaban con frases como “queremos trabajar dignamente”.

Publicidad

Las fricciones surgieron cuando un grupo quería liderar la marcha con un cartel que los identificaba como el día de los derechos humanos. Esto fue rechazado por Cofatme.

“Respetemos a las personas que tienen discapacidad, tratamos de garantizar el orden, de que esto no se caotice”, dijo el coronel de policía Rodrigo Garcés. En medio de la inconformidad de algunos, la caminata avanzó por la av. 9 de Octubre. Había, entre otros, grupos que rechazaban el maltrato a las mujeres y otros en pro de la defensa de los niños y de grupos vulnerables.

Publicidad

Al llegar a la plaza Rocafuerte se dispersaron. Los convocados por el CPDH se quedaron en un festival. Los del Cofatme siguieron al malecón y otros como los representantes de las familias que habitan en las riberas del Salado y los tricimoteros avanzaron al Municipio de Guayaquil, para solicitar audiencias. Los unos para que nos los desalojen del sector y los segundos para que se regularicen sus unidades. (I)