En el 2014, José Martínez despachaba 600 bidones de agua en locales de la parroquia Taura, cantón Naranjal. Este año, su marca bajó a 200 por efecto de la competencia y aunque ya no le conviene ese nicho, refiere, lo conserva por compromiso con clientes. Uno es la ama de casa que vive a una cuadra del malecón y que, como la mayoría de taurenses, utiliza agua de botella para beber y cocinar.

En Taura, la Junta de Usuarios del Agua provee líquido a la población de la cabecera parroquial. Lo extrae de un pozo y lo distribuye a través de redes domiciliarias, pero de la calidad del servicio prácticamente no hay comentarios favorables.

La primera observación es que es salobre, que se suma a las quejas por supuesta presencia de lama en el líquido u ocasional turbiedad cuando el servicio se reanuda luego de un corte de energía eléctrica.

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La cliente de Martínez, que evita decir su nombre para no discrepar con el proveedor del servicio, mantiene, a manera de colador, un retazo de media en la punta de la manguera con la cual llena su lavadora. Cuando hace alusión a las partículas, un vecino desata la tela y muestra los residuos acumulados, que ya han formado una pasta.

Otra vecina deja ver el agua recién almacenada en un tanque mediano. Allí se ve la lama. Da cuenta de la anomalía y afirma que por eso los taurenses solo lo utilizan para lavar platos y la ropa. Está implícito el uso para los baños y aseo del cuerpo.

Otros usuarios no opinan del servicio sino que muestran sus rostros de desazón. Evocan que la presidenta de la junta parroquial de Taura, Lorena Rosado, cuya gestión empezó en julio del 2014, supuestamente hablaba de un proyecto de agua para la cabecera parroquial.

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“Es verdad, aquí el agua es mala, nadie la utiliza para tomar, todos compran el agua, los botellones”, sostiene y refiere que lo del proyecto es un plan municipal, de su coideario de PAIS, el alcalde Marcos Chica, en funciones desde el 2009.

José Mosquera, tesorero de la junta de usuarios, refuta la inconformidad de los usuarios. Dice que las quejas provienen de clientes morosos, que no lo hacen, asegura, quienes están al día. Sostiene que la junta parroquial es deudora, que hay usuarios sin pagar desde el 2004, que algunos han desconectado los medidores y que ahora los están rehabilitando otra vez.

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Él prefiere no revelar cifras del número de usuarios ni del monto de la cartera vencida.

El alcalde Chica refiere que el Municipio está por recibir los estudios del nuevo sistema de provisión de líquido para consumo humano, que incluye, comenta, cavar un pozo de alrededor de 120 metros para garantizar agua de buena calidad, no salobre a causa, señala, de la cercanía al mar.

Al remarcar que el Municipio es competente para prestar el servicio de agua, Chica reconoce que en Taura prometió la operatividad del nuevo sistema para el 2016, pero alega que existe retraso en la transferencia presupuestaria estatal y que ello podría significar demoras.

Los taurenses, según usuarios, pagan $ 6 al mes por el agua. Mosquera dice que la Secretaría Nacional del Agua (Senagua) aprobó recién que la tasa de $ 0,12 diarios aumente a $0, 20, “lo que es menos que lo que vale una botella de agua”.

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Este Diario remitió el martes pasado una solicitud de entrevista a Senagua y adelantó inquietudes. La respuesta está pendiente. (I)

Apuntes
Población

$ 6
es el valor mensual promedio del agua en Taura.