Las fuerzas de seguridad de Mali buscaban a "más de tres" sospechosos después de un audaz asalto contra un hotel de lujo en la capital en el que murieron 20 personas, además de dos atacantes, afirmaron las autoridades.

En declaraciones a la prensa poco después de visitar el lugar de los hechos, el presidente de Mali, Ibrahim Boubacar Keita, dijo que el ataque subraya la amenaza mundial que representan los extremistas islámicos, sobre todo al perpetrarse una semana después de los ataques a París, donde murieron 130 personas.

"Estas personas han atacado París y ahora otros lugares. Ningún lugar queda excluido", dijo Keita. Agregó que Mali permanecería abierto al mundo: "Mali no es un área cerrada y nunca lo será".

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Los malienses se despertaron el sábado en un país en estado de emergencia, tras el impactante asalto del viernes contra el hotel Radisson Blu de la capital, Bamako, reivindicado por un grupo extremista liderado por el conocido miliciano argelino Moktar Belmoktar. El comunicado de Al-Mourabitounes (Los Centinelas) recogido por Al-Jazeera también mencionó coordinación con el "Emirato Sáhara" de Al Qaeda.

"La búsqueda ha comenzado y puedo decirles que estamos buscando a más de tres personas en este momento", dijo el mayor Modibo Nama Traore.

Los asaltantes del viernes, que iban fuertemente armados, capturaron a decenas de rehenes en el hotel, popular entre los extranjeros, lo que dio pie a más de siete horas de asedio de las tropas malienses respaldadas por fuerzas especiales estadounidenses y francesas.

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Entre las 20 personas fallecidas había 18 huéspedes del hotel y dos gendarmes malienses, informó a la prensa el sábado el ministro de Interior Salif Traore.

"La rápida intervención de las fuerzas malienses evitaron algo peor", agregó, y afirmó que 17 huéspedes y tres policías resultaron heridos.

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Keita estableció 10 días de estado de emergencia a partir del viernes por la noche. El lunes comenzarán tres días de luto oficial con banderas a media asta, añadió.

El norte de Mali es inestable desde que cayó ante separatistas tuaregs y extremistas islámicos tras un golpe militar de 2012. Pese a una intervención militar dirigida por Francia en 2013 que expulsó a los extremistas de las ciudades, los ataques han continuado y este año se han extendido hacia el sur, incluido un ataque en marzo contra un restaurante de Bamako popular entre los extranjeros.

Antes incluso de que terminara el ataque del viernes, algunos altos cargos informaron la necesidad de que se estrechen las medidas de seguridad y la vigilancia.

"Hoy tenemos una emergencia. Estos terroristas son una amenaza global que debemos afrontar de forma global", dijo el legislador Amadou Thiam, vicepresidente del Parlamento de Mali. "Nuestro gobierno tiene que introducir sistemas más estrictos de identificación e información para que podamos rastrear a todo el mundo".

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Entre los muertos hay un estadounidense, un trabajador de desarrollo de 41 años. (I)