Los consultores Pablo Suárez y Rigoberto Angulo hablaron ayer durante casi una hora del impacto ambiental en torno a la construcción del nuevo puente Guayaquil-Samborondón, pero remarcando que dentro de este ámbito hay aspectos positivos.

Se apoyaron con diapositivas para difundir resultados del estudio definitivo del proyecto, al cual le resta obtener la licencia ambiental de parte de la Prefectura para su ejecución. Destacaron que habrá un colchón ambiental, respecto a las previsiones para no afectar el mangle en la ribera del río Daule; o que el viaducto de 780 metros de longitud se apoyará en pilotes tubulares para no impactar el cauce, incluso que se colocará pantallas antirruidos.

Luego, a las 16:13, empezó la ronda de preguntas de la población asentada en el área de influencia del puente, que partirá en la autopista Narcisa de Jesús, en la cooperativa El Limonal, y desembocará en el km 3,5 de la avenida Samborondón, en la zona del Liceo Panamericano.

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Era en El Limonal donde se desarrollaba la audiencia de presentación, con carácter de complementaria, de la obra, ante unos 2.000 asistentes, entre ellos un grupo de residentes de Samborondón, que fue minoría. Y abarcó aspectos del también proyectado viaducto Guayaquil-Daule, que enlazará la Narcisa de Jesús con la avenida León Febres-Cordero, en la parroquia La Aurora.

Antes que los presentes formulen sus preguntas, el secretario del Municipio de Guayaquil, Vicente Taiano, se adelantó a responsabilizar a la facilitadora de la cita, Catalina Tapia, funcionaria del Ministerio de Ambiente, en caso de que el proceso no se cumpliera según lo previsto, en el sentido de que las inquietudes debían ser recibidas por escrito.

Allí él, integrante de la mesa directiva junto con los alcaldes Jaime Nebot, de Guayaquil, y Pedro Salazar, de Daule, y el vicealcalde samborondeño Fernando Hernández, debió sobreponerse a la protesta de la abogada Inés Manzano, quien exigía registrar su inquietud.

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Taiano aludía que no debían prevalecer los intereses particulares. Manzano cuestionaba: ¿A qué tienen miedo?

Fidel Limones, uno de los residentes de Samborondón cuya casa se halla en el trazado del puente, pudo cuestionar: ¿Y mi familia?, preguntó insistente. El alcalde Jaime Nebot le respondió en representación de su par José Yúnez. Le garantizó el pago en efectivo para comprar una casa de similares características y terreno cercano. Y extendió su garantía a los otros tres afectados.

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Al final del acto, Limones comentó que le satisfacía la respuesta de Nebot, pero admitió que hubiese querido escuchar esa promesa de Yúnez, el alcalde de su jurisdicción.

Tapia sostuvo que contaba con siete días para presentar un informe a la Prefectura, aunque no descartó pedir un alargue de ese plazo. (I)