Un periodista italiano que está bajo investigación penal por parte del Vaticano por publicar un libro sobre escándalos allí dijo este martes que se negó a responder preguntas del fiscal de la Santa Sede durante un interrogatorio de esta semana, y para ello argumentó su derecho bajo la ley italiana de proteger a sus fuentes.

Emiliano Fittipaldi, autor del nuevo libro Avaricia, basado en documentos filtrados del Vaticano, dijo que aceptó acudir a la Santa Sede el lunes tras haber sido citado formalmente porque quería comprender exactamente de qué se le acusa.

Pero el martes dijo a periodistas que se negó a responder las preguntas del fiscal, y argumentó para ello las protecciones que tienen en Italia los reporteros para blindar a sus fuentes, protecciones que no existen en el código penal del Vaticano.

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"Prefiero ir a prisión que revelar una de las fuentes de Avaricia", señaló.

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Otro periodista italiano que escribió un segundo libro sobre la mala administración en el Vaticano y quien también está bajo investigación de la sede pontificia se negó a presentarse esta semana para interrogatorio. Gianluigi Nuzzi, autor de Mercaderes en el templo, también mencionó la absoluta carencia de protecciones para periodistas en el código penal del Vaticano, y el hecho de que la Constitución italiana garantiza la libertad de la prensa.

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Ambos libros detallan el derroche, mala administración y avaricia en el Vaticano, y la resistencia que está enfrentando el papa Francisco en su intento por realizar una limpieza. Dos personas que tuvieron acceso a los documentos citados por los libros han sido arrestadas en el caso, y una de ellas permanece en una celda carcelaria de la Santa Sede.

El libro de 2012 de Nuzzi sobre el derroche y mal manejo de fondos en el Vaticano, también basado en documentos filtrados, detonó un escándalo que ayudó a persuadir al papa Benedicto XVI a renunciar. También motivó a que el Vaticano aprobara una ley rigurosa para castigar hasta con ocho años de prisión a quien filtre o publique información confidencial.

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Si el tribunal del Vaticano prosigue y acusa a los dos periodistas y termina condenándolos, el asunto se reducirá a si la Santa Sede solicitará a Italia su extradición y a si el gobierno italiano la concederá.

Fittipaldi dijo el martes que espera que los fiscales archiven el caso, pero que independientemente de ello él piensa que Italia no entregaría a dos periodistas italianos para que enfrenten al sistema de justicia del Vaticano dado que la Constitución italiana garantiza la libertad de la prensa. (I)