Nicaragua cerró el domingo su frontera a cientos de migrantes cubanos que buscaban ingresar desde Costa Rica en su ruta a Estados Unidos, y denunció al país vecino por desencadenar lo que llamó una "crisis humanitaria" en la región.

Centroamérica ha sido testigo del explosivo incremento de migrantes cubanos que tratan desesperadamente de alcanzar territorio estadounidense, ante el creciente temor a que el deshielo entre Washington y La Habana acabe pronto con los beneficios y derechos de asilo que disfrutan desde hace décadas.

La declaración del Gobierno que encabeza el presidente Daniel Ortega, aliado de la isla de gobierno comunista, ocurre luego de que agentes anti motines nicaragüenses bloquearon el paso a migrantes cubanos que habían logrado pasar a su territorio y que tuvieron que regresar a Costa Rica.

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La portavoz del Gobierno de Nicaragua y primera dama, Rosario Murillo, denunció una violación al territorio nacional y el ingreso forzado de inmigrantes irregulares de nacionalidad cubana.

Desde el viernes Costa Rica envió a la frontera con Nicaragua a unos 300 cubanos que se encontraban detenidos en San José tras ingresar en forma ilegal. El domingo unos 1.600 cubanos más llegaron al sitio luego de que San José les otorgó permisos para atravesar el país y dirigirse a Nicaragua.

"El Gobierno de Costa Rica en una acción deliberada e irresponsable. Lanzó y sigue lanzando sobre los puestos fronterizos del sur de Nicaragua a miles de ciudadanos cubanos que permanecían en su territorio", dijo Murillo al leer un comunicado.

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"El Gobierno de Nicaragua demanda a los organismos internacionales competentes atender con urgencia esta denuncia, atender igualmente la grave crisis que la irresponsabilidad del Gobierno de Costa Rica ha generado violentando convenios, fronteras y derechos", señaló.

A la espera de salvoconducto

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Los centenares de cubanos esperaban en la frontera el domingo un salvoconducto mientras el paso estaba vigilado por decenas de agentes.

"Salimos de Costa Rica para acá con un pasaporte visado diciéndonos que podíamos seguir libremente, pero está la frontera cerrada y no hemos podido continuar nuestro camino", dijo.

"Aquí hay como 2.000 personas (...) Mi esperanza es seguir adelante y llegar a los Estados Unidos para reunirme con mi familia", agregó.

Desde que en 1994 Washington implementó la llamada política "pie seco, pie mojado", los cubanos que lleguen a suelo estadounidense por tierra pueden legalizar su situación, mientras que los que sean atrapados en el mar serán deportados. (I)

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