La mañana de este sábado era permanente la caída de ceniza en las comunidades altas de Quero. Según María Guncay, de El Santuario, el material del volcán Tungurahua cae más fuerte desde la madrugada de este día, que cubre totalmente las carreteras, cultivos y los pastos de los animales.

Se lamentó porque no hay cómo alimentar al ganado, que se están enfermando. Considera como una de las alternativas  lavar el pasto para su posterior consumo, pero en ese caso no se limpia toda la ceniza y este problema está repercutiendo en la baja producción de leche. Aseguró que de cada vaca obtenía por lo menos 16 litros diarios y ahora disminuyó a 12.

En tanto, Carmen Silva, de El Guanto, dijo que las plantaciones de papa y habas son las más afectadas porque se quiebran las plantas con el peso de la ceniza del volcán, en proceso eruptivo desde hace 16 años, y también porque son menos resistentes al polvo, que las hojas se queman.

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Desde el observatorio de Guadalupe, Viviana Valverde, técnica del Instituto Geofísico, aseguró que después de la erupción del año 2010, esta caída de ceniza está considerada entre las siete más grandes.

“La ceniza se acumuló por lo menos dos centímetros, todos los cultivos se cubrieron de ceniza y estamos a punto de perderlos. Los pastos están contaminados con el polvo y no se puede dar de comer a los animales”, dijo Manuel Arévalo, de El Santuario.

Indicó además que por falta de alimento para el ganado la producción de leche bajó en alrededor del 50%. Antes en la zona se recolectaba 1.500 litros al día y ahora solo 800 l, expresa que teme que en los siguientes días disminuya a 500 l.

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Al momento no se puede calcular la cantidad de ceniza que ha caído, información que será procesada en los siguientes días.

Valverde añadió que la actividad del volcán está considerada como moderada con tendencia ascendente, además de que se producen emisiones constantes de ceniza que alcanzan hasta 4 km de altura y la salida de material incandescente que desciende alrededor de 500 metros abajo del nivel del cráter.

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Pérdida de productos

Jorge Rosero, de la comunidad El Guanto, teme que el terreno en donde sembró 18 quintales de papas se pierda por la caída de ceniza del Tungurahua, que está en proceso eruptivo desde hace dieciséis años.

Hace dos meses realizó la siembra y había previsto ayer tratar sus plantas, pero no lo pudo hacer porque si las mueve estas se romperían por el peso del material volcánico. Acotó que decidió cultivar papas porque hace seis meses no caía ceniza en la zona y no se imaginó que esto volvería a ocurrir.

Mientras, Edwin Chicaiza, propietario de una plantación de cebollas blancas, optó por realizar una inversión de cuatro mil dólares en la compra de 10 carros abono orgánico, para salvar su sembrío.

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Este nuevo ciclo de caída de ceniza comenzó hace aproximadamente un mes, tiempo en el que también se ha producido en Chonglotus y El Manzano, Chimborazo, pero se intensificó la madrugada de ayer. (I)