Investigadores rusos dijeron este miércoles que nuevos análisis de ADN realizados a pedido de la Iglesia Ortodoxa confirmaron que los restos exhumados de Nicolás II, el último zar del país asesinado en 1918, y su esposa, son auténticos.

El resultado acerca la posibilidad de que toda la familia Romanov, ejecutada por los bolcheviques, sea sepultada junta, ya que podrían sumarse los restos de Alexei y Maria, dos de los cinco hijos de los zares, a los demás en la iglesia de San Petersburgo.

La iglesia, que canonizó a la familia imperial en el 2000, insistió en reforzar la evidencia de que los restos de Nicolás, cuya dinastía Romanov gobernó Rusia por 300 años, son auténticos, una precondición para que Alexei y Maria sean sepultados en el lugar.

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También solicitó más análisis para chequear que los restos de los dos niños, hallados recién en el 2007, son genuinos.

Expertos forenses del Comité de Investigación de Rusia exhumaron los restos de Nicolás y su esposa Alexandra en septiembre, tomando muestras de ADN que no se habían analizado anteriormente. Los resultados confirmaron hallazgos previos y mostraron que son genuinos, dijo el comité en un comunicado.

"Estas muestras revelaron heteroplasmia, una rara mutación genética que estaba presente en muestras (anteriores) de Nicolás II", dijo el comité.

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Los zares y sus cinco hijos -cuatro mujeres, entre ellas la princesa Anastasia, y un varón- fueron asesinados en la ciudad de Ekaterimburgo, en los Urales, junto a sus sirvientes.

Los cuerpos de Nicolás y Alexandra y tres de sus hijas fueron sepultados en San Petersburgo en 1991 y una investigación inicial de cinco años, lanzada en 1993, confirmó la autenticidad de los restos. (I)