Yanina Mendoza está harta de vivir entre rejas por los asaltos en la humilde barriada de Fuerte Apache y de viajar como ‘ganado’ todos los días a su trabajo de empleada doméstica en la capital. Como no cree en las promesas del peronismo, ha decidido darle un voto de confianza al conservador Mauricio Macri, candidato en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales del próximo 22 de noviembre.

“Ojalá que él sea un cambio”, dijo Mendoza sentada junto a su pequeña hija en la escalera de uno de los bloques de cemento que caracterizan a este barrio de obreros situado en Tres de Febrero, un distrito de la provincia de Buenos Aires que le dio la espalda al postulante oficialista Daniel Scioli y que había sido un tradicional bastión peronista.

Los planes de ayuda social que se multiplicaron en la última década ya no bastan para conformar a una comunidad que dice estar harta de una gestión deficiente, la inseguridad y de prácticas políticas basadas en el intercambio de favores por votos.

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El disgusto por los problemas no resueltos podría consagrar como próximo presidente de Argentina a Macri.

Fuerte Apache, cuna del astro de fútbol Carlos Tévez, está habitado por unas 50.000 personas que residen en casas de bloques de cemento con ventanas enrejadas por miedo a los asaltos. El dinero que no alcanza por la inflación, una educación deficiente, la falta de viviendas y el flagelo de la droga son para ellos otras demandas insatisfechas de la última década.

Para ganar la elección será determinante la provincia de Buenos Aires, habitada por 15 millones de personas y que representa el 37% del padrón electoral. Es un fiel reflejo de una Argentina de contrastes: los campos más fértiles del país conviven con cinturones de extrema pobreza.

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El inesperado golpe electoral de Macri puso en alerta a Scioli, quien sacó 37,08% de los votos contra los 34,15% de su rival.

Si bien el kirchnerismo logró una recuperación económica después de la crisis del 2001, la situación empeoró desde 2007 por la creciente inflación y el estancamiento de la economía. El aumento de los precios es de, al menos, un 30% anual, según economistas privados.

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Un estudio de la consultora Economía & Regiones reveló ayer que el superávit comercial proyectado para el 2015 se ubicaría por los $ 1.700 millones, “el más bajo de los últimos 15 años”, según publicó ieco.clarin.com.

Según el politólogo Roberto Chiti, de la consultora Diagnóstico Político, después del colapso de 2001 “hubo una reinserción de distintos sectores a la economía formal e informal, y eso que fue visto bueno al principio, luego de diez años produjo un desgaste. La gente se pregunta, ‘¿siempre voy a seguir así?’. Les molesta esta falta de incentivo a la cultura del trabajo”. Pedro Aguilera, empleado en una empresa de seguridad privada, asegura que votará por Macri porque considera que los planes sociales “están manteniendo a vagos”.

Una de las interrogantes en torno a un gobierno de Macri es cómo llevará adelante las reformas pro-mercado a la economía sin tocar los subsidios que favorecen a los sectores más vulnerables. Sobre esta duda ha machacado el oficialismo en una campaña que apunta a presentar al opositor como el candidato del ‘ajuste’.

Natalia Navarro, de 29 años y madre de cuatro hijos, dijo que votará por Scioli porque cree que le garantiza seguir cobrando 1.200 pesos ($ 124) mensuales de la llamada asignación universal por hijo que reciben las familias sin empleo.

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A dos semanas de la segunda da vuelta, se ha desatado una intensa campaña entre los dos candidatos. “Hay que ganar cueste lo que cueste”, había ordenado la presidenta Cristina Fernández al kirchnerismo, la semana pasada, en una nota publicada en elpais.com (I)

Al menos 1 de cada 10 hogares de los principales centros urbanos del país presenta déficits en alguno de los indicadores de pobreza estructural”.Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica Argentina.