Miles de personas que tratan de llegar al corazón de Europa cruzaron de Serbia hacia Croacia ayer, luego de que la Policía croata puso fin a un cuello de botella que dejó a muchos en medio de una gran angustia.

La decisión sorpresiva permitió que unas 3.000 personas más ingresaran a Croacia en ruta hacia Eslovenia, el siguiente agonizante obstáculo que se avecina en la ruta a los Balcanes y que es la principal puerta de entrada para quienes quieren ingresar a la UE por asilo.

Eslovenia, que también pasa dificultades para frenar el flujo humano que cruza sus fronteras, enfrentó ayer en la tarde otra ola de migrantes que quieren llegar a Austria y Alemania. “Sin anuncio previo, abrieron las fronteras. Cuando las fronteras se abrieron, todos corrieron”, dijo Melita Sunjic, vocera de la agencia de refugiados de la ONU. (I)