La llegada de la Función Judicial a un local donde hasta hace tres años funcionaba un casino ha duplicado las visitas al centro comercial Albán Borja, sitio inaugurado en 1983 entre la ciudadela Urdesa y la transitada av. Carlos Julio Arosemena, en el norte de la ciudad.

“Tuvimos diez mil personas (visitantes) hace cinco años, nosotros hoy tenemos hasta 20 mil diarias por la llegada de la Función Judicial, Autoridad de Tránsito Municipal y patio de comidas. Usted ve eso reflejado en los parqueos, ahora tiene que dar dos vueltas para conseguir puesto...”, cuenta Pedro Caicedo, administrador del centro comercial.

Los locales de entidades financieras como los bancos Guayaquil, Del Pacífico, Internacional, Pichincha y de dos cooperativas de ahorro marcan el ritmo de un “minicentro financiero”, asegura Caicedo.

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Esto ha motivado que en la zona de la puerta 6, frente a la Universidad Casa Grande, y la puerta 1, del lado de la Carlos Julio, se instalen mueblerías, cafeterías y decenas de vendedores informales que vocean sus ofertas, que van desde café en el desayuno hasta secos de pollo en el almuerzo.

Estos se ubican en parterres, veredas o venden desde la cajuela de los autos. Blanca Maldonado es una de las que ofrece almuerzos a $ 2,25. Ella vende 60 almuerzos diarios. “Ya trabajo cuatro años acá, es un buen punto de venta”, asegura.

Pese a estar de pie, Tito Zamora, funcionario público, degusta en menos de media hora sus tarrinas de caldo de gallina y cebiche de camarón, por su salud, asegura. “La señora (Blanca) hace comida sana”, dice con agrado el abogado.

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Junto a la universidad, hace pocos meses se instaló la primera cafetería de la zona, Antojitos Café. Omar González y Tenderly da Silva, ambos venezolanos, ofrecen piqueos y su producto estrella, la arepa.

“Vimos que el sector es bastante concurrido y nos colocamos acá”, dice el venezolano, quien gusta compartir su número celular para que los clientes le avisen con anticipación sus pedidos. Su clientela se concentra en los alumnos de la Casa Grande, asegura.

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“Yo soy medio exquisito, vine, experimenté y mis respetos, la sazón es muy buena”, cuenta Andrés Anchundia, alumno de Producción Multimedia. Él se deleita con las arepas de ensalada de pollo y aguacate.

En las calles que colindan con el centro comercial, el movimiento de autos va por entre locales de abastos, lavanderías, edificios empresariales, cadenas de comida rápida, un centro gerontológico municipal y un autobanco. Este último genera atascos de tránsito, asegura Manuel Yumbo, comerciante informal de accesorios para celular y limpiaparabrisas.

Allí, la Escuela Superior Politécnica del Litoral tiene un paradero de expreso que lleva a diario unos 500 alumnos hacia el campus La Prosperina. (I)

Apuntes
Otros servicios

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Congestión
En los alrededores del centro comercial, decenas de taxistas y choferes informales ofrecen sus servicios a los usuarios de las entidades públicas y visitantes del lugar. Aquello genera congestionamiento, especialmente en horas pico.

Patio de comidas
En el c.c. Albán Borja funcionan 170 locales, en los que se incluyen almacenes fundadores como Supermaxi, Polipapel, New York Discount y Guimsa. El patio de comidas, con capacidad para 700 comensales, oferta comida árabe, mariscos, jugos y más.