Llegar al aula en la que se educan les significa atravesar caminos polvorientos, cruzar o bordear ríos o avanzar en bus, en moto, en pequeñas pangas. En la comunidad Totorillas del cantón Guamote, en Chimborazo, por ejemplo, Carlos, de 9 años, recorre cada día, acompañado de su madre, un sendero de tierra de 1 km para llegar hasta la vía pavimentada, donde en un bus se trasladan a la escuela fiscal en la zona urbana donde él estudia.

Trayectos similares los recorren niños en Morona Santiago, Bolívar y Manabí, que junto a Chimborazo registran en cada una de sus regiones las menores tasas netas de matriculación a la educación básica del país, según la Encuesta de Condiciones de Vida 2014 del Instituto Nacional de Estadística y Censos.

EL UNIVERSO recorrió estas provincias en septiembre pasado, a propósito del final del plazo para cumplirse los ocho Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) que los países miembros de Naciones Unidas se trazaron en el año 2000. El segundo contempla “lograr la enseñanza primaria universal” y en Ecuador, en 1999 casi el 80% de niños entre 5 y 14 años estaba matriculado en la educación básica; actualmente, lo está el 95,2%. Pero inscribirse no implica terminar los 10 años de enseñanza que comprende este nivel.

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Es lo que le podría pasar a un joven de 13 años, hijo de María Bermeo, que sigue sus estudios en la escuela unidocente Miguel Valverde en la parroquia El Rosario del cantón Limón Indanza, en Morona Santiago. El plantel podría cerrar porque solo cuenta con siete alumnos.

Esto, porque el Ministerio de Educación inició en 2013 el cierre de algunas de las escuelas unidocentes y pluridocentes (que tienen entre dos y cinco profesores para todos los niveles). Si cierran la escuela del joven, se debería desplazar a la cabecera cantonal. “No sé si le haré acabar... el traslado es dificultoso”, dice Bermeo. Así, su hijo podría quedar en su misma condición: María llegó hasta 5º grado y es parte de los siete millones de ecuatorianos con rezago educativo, según la ONG Contrato Social por la Educación. El Ministerio del ramo destaca que hay 55 Unidades Educativas del Milenio (UEM) operativas, la mayoría en parroquias rurales.

La disposición constitucional de asignar a la educación básica y el bachillerato “un mínimo del 6% del PIB”, que debió darse en 2014, aún no se cumple, a siete años de que entró en vigencia la actual Carta Magna. Ese año, sumando lo asignado a las universidades, lo presupuestado para educación implicó el 4,7% del PIB, según la ONG Observatorio de la Política Fiscal.

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A los problemas para completar la educación básica en el sector rural se suman los del acceso al bachillerato (ver tabla), más aún la posibilidad de ingresar a la universidad.

El ministro de Educación, Augusto Espinosa, en entrevista con Diario EL UNIVERSO, evalúa la consecución de las metas en educación de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM). Admite que aunque se han dado avances en el sistema educativo, aún quedan brechas por cerrar, como en el área rural frente a las zonas urbanas.

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La meta del segundo ODM era asegurar que en 2015 los niños del mundo puedan terminar un ciclo completo de enseñanza primaria, ¿cuál es el resultado que Ecuador presentó sobre esta meta?

Nosotros fuimos más allá de lo que establecía el ODM y establecimos como objetivo de Ecuador, que está en el Plan Nacional del Buen Vivir, el universalizar la Educación General Básica (EGB); es decir, lo que va hasta décimo, tres años más de lo que establecían los ODM. En ese sentido, la tasa neta de matrícula en EGB supera el 95%.

Pero ciertas metas de la ONU, por ejemplo en educación, tenían parámetros de partida que habían sido casi superados por Ecuador: en 1999 la tasa neta de matriculación en educación básica era de 79,4%, y para el 2006, incluso en medio de la crisis económica, había subido a 90,9.

Es que ya no se puede subir más del 100%. En definitiva, ya está universalizada, la tasa que tenemos hoy, que supera el 95%, es de universalización. Hay determinada población que no puede acceder, por ejemplo, personas con alguna discapacidad asociada con alguna discapacidad mental ya no pueden acceder.

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La Constitución establece que el presupuesto asignado a la educación básica y bachillerato debía aumentar 0,5% respecto del PIB cada año hasta llegar a un mínimo del 6% en relación con el PIB, lo que debía cumplirse en 2014. Sin embargo, el porcentaje asignado representó el 4,7% del PIB del año pasado, incluido lo asignado a las universidades. Es decir, ni incluyendo lo destinado al sistema de educación superior se cumple el mandato constitucional.

La disposición constitucional dice que el presupuesto se debe incrementar en el 0,5% del PIB, no que cada año la participación del presupuesto de educación en el PIB se incremente en el 0,5%. Por ejemplo: en el año 1, el PIB es 100 y el presupuesto en educación es 3, entonces se dice que el gasto en educación corresponde al 3% del PIB y el incremento deberá ser de 0,5; en consecuencia, en el año 2 el presupuesto en educación debería ser de 3,5, pero si la economía creció en un 5%, entonces el PIB sería de 105 y la participación del gasto en educación habría llegado al 3,3% y no al 3,5%. Si la economía decreciera, entonces la participación habría sido mayor al 3,5%.

En los años ochenta y noventa, se dieron avances importantes en educación, pero la inversión en educación disminuyó, mientras que en estos últimos ocho años se incrementó, ¿eso refleja que el monto de lo invertido no es tan importante como la relación inversión-resultados?

Creo que lo relativamente más fácil es cumplir con metas relacionadas con la cobertura, lo más complicado es avanzar en términos de calidad. Uno puede garantizar cobertura de mala calidad y en la práctica termina siendo un engaño social. (...) Nosotros hemos concentrado la inversión en hacer las dos cosas a la vez: incremento de cobertura que no se refleja solo en el aumento de las tasas netas de matrícula de EGB, sino también en el aumento de las tasas netas de matrícula en bachillerato (...). En materia de calidad, si nosotros revisamos lo que nos dice la Unesco, pasamos del 2006 de tener uno de los peores sistemas educativos de América Latina, al 2014 a tener un sistema medio, en términos de calidad, entonces evidenciamos que la inversión consiguió resultados en cobertura y en calidad.

Desde ONG como el Contrato Social por la Educación se evalúa que un tema pendiente en Ecuador es la calidad de la educación; el Gobierno destaca grandes inversiones en infraestructura, pero qué pasa con el currículum...

Al Contrato Social le recomiendo leer el informe Terce de la Unesco y entonces con base en la lectura de un organismo internacional podrá sacar conclusiones. La propia Unesco manifiesta el enorme avance en términos de calidad que tiene el Ecuador.

¿No se ha priorizado la infraestructura a temas como el currículum?, la tasa de acceso a la universidad bajó a 26,6%. Aunque, según cifras posteriores, se indica que llegó a 30%, porque se incluyó a los que entran a nivelación.

El currículum está en permanente ajuste y la calidad educativa se mide con evaluaciones de resultados del aprendizaje; la tasa de ingreso a la universidad depende de los cupos ofrecidos por las universidades y no es una medida de calidad. Si las universidades duplicaran los cupos en las carreras más demandadas, la tasa de ingreso se duplicaría y eso tampoco significaría que aumentó la calidad, es decir, la conclusión no es válida ni en un sentido ni en el otro.

En áreas rurales, como Chimborazo y Cotopaxi, una de las quejas comunes se ubica en la calidad de la enseñanza. Dirigentes afirman que dentro de los diálogos nacionales con la Senplades, incluso la Senescyt se comprometió a hacer programas para estudiantes de los sectores rurales, pues con su nivel les es difícil ingresar a la universidad.

Están cometiendo un error conceptual enorme, están asociando algo que no se debe hacer: el número de estudiantes que ingresan a la universidad con la calidad del sistema educativo. El hecho de que no existan cupos para las universidades no significa que haya mala calidad de educación media, no.

¿Y qué es lo que está sucediendo en el sector rural?

(...) El (informe) Terce da cuenta de que Ecuador es uno de los países que más ha logrado cerrar la brecha de resultados entre la población indígena y no indígena. Ese ha sido un avance enorme; sin embargo, sí existe todavía una brecha, pero estamos cerca de cerrarla. (...) Podemos decir que todavía, en términos generales, la calidad educativa en el sector rural, a pesar de que ha mejorado, todavía no logra llegar a los niveles de los sectores urbanos.

El informe de la Senplades sobre los Objetivos del Milenio indica que el 20,6% de la población de 16 a 24 años no tiene educación básica completa al 2013, mientras que para ese mismo año, el 44,7% de los que tienen 12 años y más no había terminado la primaria.

Hay objetivos en el Plan del Buen Vivir que tienen que ver con lograr que el 95% de la población entre 16 y 24 años termine la EGB superior hasta el 2017. Caminamos hacia obtener esa meta y por ello hemos creado programas intensivos de educación. También está definido llegar a la meta del 78% de personas de 18 a 24 años con bachillerato y esa meta estamos camino a cumplirla.

¿Qué porcentaje de los que se matricularon en primero de básica en 2007 logró terminar la educación primaria?

El nivel de deserción prácticamente no existe. En la práctica lo que va sucediendo es que ya, en este momento, todo el que ingresa termina, con los márgenes que siempre existen, es decir, no tenemos una alta deserción escolar. El dato lo voy a hacer calcular, no lo tengo en este momento, pero la deserción es prácticamente inexistente. (I)

‘‘La calidad educativa en el sector rural, a pesar de que ha mejorado, todavía no logra llegar a los niveles de los sectores urbanos”.Augusto Espinosa, ministro de Educación