Recibir la llamada telefónica del departamento de Recursos Humanos de la compañía Sumesa fue una sorpresa para Jorge Medina. Él no había postulado para ninguna empresa y recién llegado a la ciudad, desde Cali (Colombia), se alistaba a realizar un trámite relacionado con una propiedad que había adquirido hace poco.

Sin embargo, el requerimiento lo emocionó, pues se trataba de una empresa nacional fundada por Jorge García, quien cuando él era estudiante de la Facultad de Ingeniería Química, en la Universidad de Guayaquil, ya figuraba como un referente local.

“El ingeniero (García) había estudiado en la universidad y por eso se conocía su reto de impulsar su propia empresa”, recuerda Medina, quien después se convirtió en colega del empresario del que tenía antecedentes, pero no lo conocía.

Publicidad

Eso fue hace tres años. Medina fue contratado como director de Operaciones de Sumesa y desde entonces empezó una relación más que laboral de amistad, dice.

Este ingeniero químico con un posgrado en Administración de Negocios, de 61 años, es el encargado de la producción, calidad, seguridad industrial, compras e importaciones de Sumesa, compañía que elabora pastas, fideos, bebidas, caldos de gallina en polvo, gelatina, entre otros productos.

Y como tal, afirma, es el responsable de mantener los niveles de calidad de lo que se produce a diario en la planta ubicada en el km 11,5 de la vía a Daule, en el noroeste.

Publicidad

“Somos la primera empresa de alimentos que ha obtenido premios del Instituto de la Calidad y del Sabor de la Comunidad Económica Europea. Entre 2014 y 2015 hemos obtenido 13 premios”, destaca Medina y agrega que su labor es parte de estos logros.

Aficionado de la investigación en el campo de la Química y Física, Medina comparte este gusto con la natación, de lunes a domingo, luego del trabajo.

Publicidad

“Siempre estoy leyendo, es algo que me apasiona. Y ahora con el internet todo está al alcance en segundos”, sostiene.

En sus tiempos libres también gusta de pasear por el Malecón o viajar a su natal Ancón, de donde vino a la urbe, recién graduado del colegio.

Medina cuenta que otra de sus aficiones es escuchar música romántica y salsa. De este último género aprendió en Colombia, donde trabajó durante 20 años para la transnacional Colgate-Palmolive.

Con su esposa, Jenny Del Rosario (con quien procreó una hija), comparte los domingos de ir a misa, a la parroquia San Judas Tadeo de Ceibos Norte.

Publicidad

Y aunque se define como católico también dice seguir principios budistas. “En la vida el hombre debe elegir ser feliz, no tener la razón”, cita. (I)