Las fuerzas gubernamentales sirias ganaban terreno ayer frente a los rebeldes, con la ayuda de la aviación de Rusia, a la que la ONG Human Rights Watch (HRW) acusó de utilizar o suministrar al Ejército de Damasco bombas de racimo.

En el duodécimo día de la intervención rusa, las tropas del régimen de Bashar al Asad avanzaron sobre dos ejes: la provincia central de Hama y las colinas de Latakia.

HRW acusó a Moscú de utilizar o proporcionar al Ejército sirio nuevas bombas de racimo, más mortíferas. Esta ONG aseguró que esas bombas fueron usadas en un ataque aéreo el pasado 4 de octubre al suroeste de Alepo. (I)