Luego de 18 años, Enrique Ayala Mora dejará el Rectorado de la Universidad Andina Simón Bolívar (UASB). El mes pasado fue expulsado del Partido Socialista, donde ha militado por más de 40 años. En ambos casos, el de su gestión académica y su militancia política, el correísmo y su líder, Rafael Correa, son una especie de sombra y amenaza. A ratos, los nombra, con todas sus letras; a ratos, los sugiere.

Dos candidatos aspiran al rectorado de la UASB: César Montaño, director y docente del Área de Derecho, y Raúl Vallejo, docente del Área de Letras y Estudios Culturales, exministro de Educación de actual régimen y embajador de Ecuador en Colombia.

¿Cuándo se conocerá el nombre del nuevo rector?
El 30 de octubre es la consulta (profesores, alumnos, trabajadores votarán) y en noviembre, la elección por parte del Consejo Superior.

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¿Cómo queda la UASB en tiempos de agitación política?
La Universidad ha tenido mucho cuidado en poner antenas en las demandas del país y de la subregión y ha defendido con enorme fuerza su autonomía. Más cuando el proyecto universitario del Gobierno ha sido restar la autonomía e intervenir. Ante eso, la UASB tiene que mantener su autonomía, la libertad de cátedra y el ejercicio de la crítica. No estamos aquí para complacer al poder, sino para servir a la verdad.

Al Gobierno le molestan las reuniones de indígenas y opositores en la UASB...
Es un espacio abierto a los sectores sociales. El presidente ha despotricado porque aquí se han reunido el Frente Unitario de Trabajadores o la Ecuarunari. Pero vale aclarar que muchas instituciones públicas realizan sus actos aquí. La UASB no es un búnker anticorreísta.

Le sorprende que Correa, en tanto profesor universitario, ¿se moleste por la crítica?
Cualquier cosa que haga Rafael Correa ya no me sorprende.

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En la universidad, en general, ya no hay mucha crítica
La universidad ecuatoriana, salvo muy pocas excepciones, está cubierta por un velo de silencio.

¿Por miedo?, ¿acomodo?
En algunos casos hay miedo, acomodo... Pero en otros está la convicción de que la universidad solo tiene que dar clases y vivir de espaldas al mundo. Entre esos está el propio Rafael Correa.

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Usted subraya la autonomía, ¿está garantizada con los dos candidatos a rector?
Los dos candidatos son profesores con trayectoria. Mi criterio, en este proceso, no sería oportuno. Pero sí quisiera decir que la consulta debe ser respetada por el Consejo Superior. No admitiremos maniobras de Cancillería, amenazas o acuerdos de trastienda. La comunidad universitaria tiene suficientes elementos de juicio como para darse cuenta de a quién representan las candidaturas. No solo deben mirar los méritos personales de los candidatos, sino las tendencias a las que están ligados.

¿Acuerdos de trastienda?
Hay una serie de afirmaciones que no son formales, porque no se han puesto por escrito, que nos llevan a pensar que, efectivamente, el gobierno de Correa está tratando de intervenir en el proceso electoral.

¿Cómo interviene?
Los gobiernos tienen formas muy diversas de hacerlo.

¿El Consejo puede obviar el resultado de la consulta?
Legalmente, se podría dar. Pero en los 30 años de la UASB siempre se ha elegido a quien ganó la consulta.

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Usted toma distancia, pero está claro que hay una tendencia correísta, la de Raúl Vallejo, y otra independiente.
Lo que yo diga, aunque apoyara a uno u otro candidato, no será definitorio.

¿Y su relación con ambos?
Son dos buenos amigos. No tengo reparos personales. Pero aquí no se está eligiendo solo a personas. Desde hace algunos años, hay un deseo de intervenir en la Universidad por parte del Gobierno.

¿Desde hace algunos años?
Debo reconocer que conmigo no se han metido, pero no tiene idea del montón de trabas y dificultades que hemos tenido al aprobar los planes y proyectos de la universidad, al tramitar las participaciones económicas, los estatutos... Sí tenemos experiencia y evidencias de los intentos de injerencia del correísmo ante los cuales hemos resistido.

La Ley de Educación Superior cumple cinco años. ¿Cuál es su balance?
Las universidades no son autárquicas y tampoco deben hacer lo que les da la gana, tienen una responsabilidad muy grande. En eso hay innovaciones y normas de control que eran necesarias. Pero otra cosa es que la ley fue concebida con criterios autoritarios y verticales. La universidad ecuatoriana es una reproducción grotesca del esquema de poder que el correísmo ha implantado. Los avances no pueden ser al precio de haberse disminuido la autonomía universitaria, de haberse silenciado la crítica y de pretender implantar en ella modelos exógenos.

Usted ha dicho que seguirá en la política, pero ha sido expulsado del Partido Socialista.
¡Me han expulsado dos veces! Pero hasta ahora estos (la actual dirigencia, que es afín al correísmo) no se atreven a notificar al Consejo Electoral. Yo soy socialista de toda la vida y no puedo dejar a una institución, que es del pueblo, en manos de un grupo de limpiabotas de Correa. Cómo puede ser que, en tantos años, no tenga vinculación alguna con los trabajadores, con el movimiento indígena... Solo hay grupos burocráticos, marginales, que andan por ahí deambulando en el correísmo.

¿Y si le notifica el CNE?
Pues tomaré las medidas del caso. Y podrán sacarme de la lista de limpiabotas de Correa, pero jamás del socialismo ecuatoriano, al que ingresé hace 43 años. Nadie me saca.

Finalmente, usted se alejará del todo de la Andina o se quedará en alguna instancia?
Voy a formar parte del cuerpo de profesores y continuaré con mis clases y proyectos de investigación. No tengo ninguna intención de transformarme en un poder paralelo. Y si desean encargarme alguna función, entre ellas la de ser maestro mayor de las obras que se están terminando, yo aceptaré con mucho gusto. (I)

Sí tenemos experiencia y evidencias de los intentos de injerencia del correísmo ante los cuales hemos resistido y lo seguiremos haciendo”.