Estudiar otro idioma desde la infancia temprana es más sencillo porque algunos procesos de aprendizaje se dan con mayor naturalidad y permiten la adquisición y dominio de la segunda lengua de manera más espontánea, asegura Egda Ojeda, psicóloga en Rehabilitación Educativa, máster en Neuropsicología y Educación, y profesora del colegio Delta.

La profesional indica que, por ejemplo, la capacidad de tener un acento correcto o casi perfecto, a nivel cognitivo de la memoria en los niños también es más activa que en los adultos. Además, en la mayoría de los casos, los niños se pueden dedicar por entero a su educación y a diversas actividades que estimulan el aprendizaje.

Pero, no se puede escoger el idioma que su hijo va a estudiar al azar, es necesario tener en cuenta varios factores. Egda asegura que si es un idioma al que el niño estará expuesto cotidianamente en diferentes ambientes entonces su aprendizaje será más espontáneo; sin embargo, si es ajeno a su realidad tendremos que facilitarle experiencias y encuentros a diario con el idioma para fomentar su desarrollo.

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Es importante considerar además que cada idioma tiene diferentes grados de dificultad en relación a la cercanía con las raíces de la lengua materna. “Sobre todo al momento de estudiar su gramática,  vocabulario e incluso su pronunciación (articulación y fonación)”, expresa Egda.

Esta experta asegura que el inglés, porque es uno de los idiomas más usados en el ámbito empresarial y de investigaciones científicas a nivel mundial, es uno de los más elegibles en nuestra sociedad. Comenta que su estructura gramatical es sencilla y los niños pueden relacionarse con este idioma de forma fácil, a través de muchos estímulos en los medios de comunicación y de programas de estimulación temprana.

Ann Hulbert, quien tiene una licenciatura en Lingüística aplicada al inglés y es directora del área de inglés del colegio CENU, señala que uno de las beneficios de aprender inglés para los niños es que cuando viajan al exterior pueden comunicarse con los que lo hablan. Dice que los niños pueden aprender el idioma antes de los tres años de edad de forma interactiva.

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Además resalta que al momento de estudiar cualquier idioma, aparte de la metodología que aplique el maestro, es necesario que reciba la motivación de sus padres. “La mejor forma de animar a un hijo adolescente es plantearle un objetivo que sea significativo para él, vincularle el idioma con la meta que persigue permitirá que el adolescente se involucre y busque el desarrollo del segundo idioma, además existen muchas actividades afines a los intereses adolescentes, que fortalecen las habilidades lingüísticas, tales como ver películas en idiomas extranjeros, escuchar música, ciertos juegos de video e incluso aplicaciones en dispositivos móviles a muy bajo costo o gratuitas”, asegura.

Ann sostiene que es mas fácil que los niños en edad temprana aprendan cualquier tipo de idioma porque ellos sienten la disposición a imitar sonidos nuevos y no temen equivocarse al hablar. (F)