La declaratoria de emergencia sanitaria generó que dos empresas de limpieza deban intervenir, en octubre de 1993, en Guayaquil: Ecualimpia y Bande. Juan Carlos García ingresó por recomendación de un amigo a esa última firma y fue delegado como supervisor del suburbio oeste.

Allí comenzó su vínculo con el aseo de la ciudad y su deseo de aportar con sus conocimientos para que esta se conserve limpia. “Los gerentes de esas empresas contrataron a un grupo de personas que tenían conocimiento de los problemas de la ciudad y fuimos llamados”, recuerda este economista graduado en la Universidad de Guayaquil.

A los pocos meses, el consorcio Vachagnon entró a ejecutar esa tarea y García se sumó a sus filas. Recuerda cómo los hacinamientos de basura, que eran parte de la imagen de ciertos sectores, se fueron combatiendo paulatinamente, con la llegada de nueva flota y la fijación de rutas de recolección.

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Desde esa época hasta hoy ha sido parte de Vachagnon y el consorcio Puerto Limpio, donde fue jefe de Transporte y, desde hace 11 años, gerente de Operaciones.

Aunque su trabajo se enfoca principalmente a tareas de planificación de recorridos, García gusta de verificar por cuenta propia el desempeño de las 60 rutas de limpieza.

Eso lo hace en la mañana y tarde. Por ejemplo, el pasado lunes, recorrió las avenidas de los Guasmos. “Tengo un jefe de supervisores, pero me gusta verificar por cuenta propia”, comenta García, quien nació en Shell (Pastaza) debido a que su padre era militar y estaba asignado a esa jurisdicción.

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Entre risas, comenta que apenas el año pasado conoció su lugar de nacimiento, pues desde que tiene ‘uso de razón’ vive en Guayaquil.

García tiene en su oficina dos computadoras. Desde allí monitorea con cámaras diez centros de acopio. Al día recolectan 3.900 toneladas de basura en toda la ciudad.

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Como jefe se considera una persona estricta y disciplinada, características que aprendió por su educación militar. Antes de llegar al consorcio, ingresó a la Escuela Superior Naval por el espíritu de servicio impartido por su padre.

Para librarse un poco del estrés, con un grupo de trabajadores de Puerto Limpio gusta de hacer yoga y alejarse del ruido en el campo.

García desea continuar colaborando en esta área e impulsar programas para concienciar a las personas para que respeten los horarios de recolección y tengan un adecuado manejo de los desechos. (I)

Salgo a recorrer los sectores críticos de la ciudad –que yo ya conozco– cuando me piden un informe hablo con conocimiento de causa.Juan Carlos García, gerente de Operaciones del consorcio Puerto Limpio