Era la una de la madrugada de ayer cuando dos individuos desconocidos irrumpieron en la vivienda de Emérida de Jesús Chamba, de 72 años, ubicada en el barrio Cristo del Consuelo del recinto Shumiral, cantón Camilo Ponce Enríquez, en la provincia del Azuay.

Los hombres habrían ingresado por el patio del domicilio y de forma silenciosa llegaron hasta los dormitorios donde descansaban la septuagenaria, su hija Miriam del Cisne Abarca Chamba, de 44 años, y una nieta de 18.

Según las primeras investigaciones realizadas por la Policía, las dos mujeres mayores fueron amarradas de pies y manos y supuestamente torturadas en sus respectivas camas. En tanto que la joven solo fue atada de manos, tapada la boca y cubierta con una sábana.

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Madre e hija fueron asesinadas con varias puñaladas. Las pericias de Medicina Legal determinaron que Emérida Chamba presentaba heridas a la altura del tórax y el cuello, mientras que de su hija, Miriam Abarca, no se reveló en qué parte del cuerpo tenía los cortes.

La joven relató a las autoridades que luego de los crímenes los desconocidos huyeron del sitio y que minutos después ella se desató y buscó ayuda entre los vecinos del sector.

Cuando los moradores de la zona acudieron a la casa encontraron los cadáveres de las dos mujeres. La sobreviviente relató que los criminales dijeron, mientras estaban en la vivienda, que los asesinatos eran consecuencia de una venganza supuestamente relacionada con un hijo de la septuagenaria.

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La joven dijo que hace días ya las ahora occisas habrían sido amenazadas de muerte y que, incluso, esas advertencias fueron alertadas a la Policía.

A las 09:00 de ayer el departamento de Medicina Legal realizó el levantamiento de los cadáveres y su traslado hasta el Centro de Investigaciones Forenses de Machala, en la provincia de El Oro. (I)

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hombres

habrían ingresado a la vivienda de las víctimas mientras estas dormían. La Policía los busca.