Las incesantes lluvias en el sureste de Estados Unidos dejaron numerosas zonas bajo el agua este fin de semana y los meteorólogos alertan de que nuevos aguaceros podrían desencadenar inundaciones sin precedentes.

Los estados de Carolina del Norte y del Sur se han llevado la peor parte, aunque casi todos los estados de la Costa este han sido afectados, y las previsiones alertan de que lo peor todavía no ha llegado.

Se trata de un sistema meteorológico separado del huracán Joaquín, una poderosa tormenta que azotó las Bahamas, destruyendo numerosas casas, y que este domingo se debilitó en su camino hacia Bermudas.

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Según los medios, los vientos e inundaciones han causado cuatro muertes desde el jueves en Estados Unidos.

"Quédense donde estén. Las condiciones sigue siendo peligrosas en todo el estado durante la mayor parte del día debido a las inundaciones", aconsejaron los servicios de urgencia de Carolina del Sur este domingo.

El departamento de Transporte del estado pidió a través de las redes sociales a los "automovilistas evitar circular porque al menos 211 rutas y 43 puntos están cerrados a causa de las históricas inundaciones".

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Las lluvias fueron provocadas por una masa de aire tropical cargada de humedad. La estación meteorológicas del aeropuerto de Charleston registró el domingo por la mañana más de 40 cm de agua desde el 1 de octubre, un récord según el Servicio Meteorológico Nacional estadounidense (NWS).

"Estamos acostumbrados a las inundaciones, pero esto es extraordinario", explicó Edwin Graceley, sargento de la policía en esta turística ciudad costera del sureste de Estados Unidos, con un centro histórico repleto de casas coloniales que data del siglo XVII.

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El centro histórico también registró niveles récord de precipitaciones con unos 35 centímetros de agua en tres días. El anterior récord fue de 31 centímetros en 1973.

Se prevé que las abundantes precipitaciones continúen durante toda la jornada, en especial en el litoral de Carolina del Sur, advirtió el NWS.

Pero los pocos transeúntes que paseaban por las calles inundadas del centro se lo tomaban con humor.

Sin camisa, varios estudiantes de la Charleston Southern University se reían mientras corrían con el agua por sus rodillas a refugiarse en las viejas salas de mercado.

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"Los relámpagos me dan un poco de miedo pero nos divertimos", reconoció Lauren Powers, estudiante de comercio de 20 años de edad mientras el cielo se iluminaba regularmente.

A su lado, Ryan Templeton, estudiante de deportes y que acaba de cumplir 21 años, aseguró entre risas: "Celebramos mi cumpleaños jugando con la tormenta". (I)