En el día final de su gira por Estados Unidos, el papa Francisco cumplió una insistente demanda. Se reunió ayer en Filadelfia con un grupo de víctimas de actos pedófilos cometidos por sacerdotes, educadores y miembros de sus familias, y prometió que “todos los responsables rendirán cuentas”.

“Dios llora. Los crímenes contra menores no pueden ser mantenidos en secreto por más tiempo. Me comprometo a la celosa vigilancia de la Iglesia para proteger a los menores y prometo que todos los responsables rendirán cuenta”, dijo Francisco a obispos estadounidenses al anunciar la reunión.

“Hermanos obispos, buenos días. Llevo grabado en mi corazón las historias, el sufrimiento y el dolor de los menores que fueron abusados sexualmente por sacerdotes”, afirmó.

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Según un comunicado del Vaticano, el pontífice recibió durante una media hora en el seminario San Carlos Borromeo a tres mujeres y dos hombres “víctimas de abusos sexuales perpetrados por miembros del clero, educadores e integrantes de sus familias”.

“Continúa abrumándome la vergüenza de que personas que tenían a su cargo el tierno cuidado de esos pequeños les violaran y causaran graves daños. Lo lamento profundamente”, añadió el papa.

Víctimas y algunos de sus defensores valoraron positivamente el enfoque más directo que dio ayer el pontífice, pero expresaron sus dudas de que pueda provocar un cambio.

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Filadelfia fue una de las más devastadas en EE.UU. por este escándalo en 1980.

Más tarde, Francisco visitó la prisión más grande de esta ciudad para ofrecer esperanza y aliento a unos 100 reclusos. Los saludó uno por uno, junto con sus familias, diciéndoles que pasen su tiempo tras las rejas para volver a poner sus vidas en el camino correcto.

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En su mensaje en español, criticó que “es penoso constatar sistemas penitenciarios que no buscan curar las llagas, sanar las heridas, generar nuevas oportunidades”. “Este momento en su vida solo puede tener una finalidad: tender la mano para volver al camino, tender la mano que ayude a la reinserción social”, aseguró, y señaló que esto “levanta la moral de toda la comunidad”.

El papa partió desde Estados Unidos anoche desde el aeropuerto internacional de Filadelfia en un vuelo de American Airlines hacia Roma. En su despedida participaron varios dignatarios, incluyendo al vicepresidente estadounidense, Joe Biden. (I)