Desde Ginebra, Suiza, Florencia Romero, coordinadora de la ONG Médicos sin Fronteras (MSF), habló por vía telefónica con Diario EL UNIVERSO y contó su experiencia en el conflicto que se vive en Siria:

“A más de cuatro años de conflicto en los que no se ven perspectivas de que la situación mejore, la población no solo está buscando salir por estabilizar su vida, sino que los que se quedan empiezan a preocuparse por cuál será su futuro, por el acceso a salud, a educación.

“Las características del conflicto sirio, que integra a un gran número de actores armados e incluye al Estado Islámico (EI), no han permitido a MSF trabajar en todo el país.

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“En las zonas en que las situaciones de violencia no son extremas, por ejemplo en Kurdistán, al noreste, en localidades que han quedado aisladas luego de enfrentamientos, MSF mediante clínicas móviles trata de dar atención. En las regiones en las que todavía el régimen (de Bashar Al Asad) tiene control se puede brindar ayuda a través de organizaciones locales.

“Pero en las zonas que en el mapa de Siria aparecen manejadas por el EI es imposible el ingreso. La falta de seguridad para los equipos hace que MSF apoye a las cada vez menos organizaciones civiles y de médicos que aún brindan atención en distintas ciudades de Siria.

“MSF trabaja en seis instalaciones médicas del norte de Siria y presta apoyo directo a más de 100 puestos de salud y hospitales de campaña por todo el país, en especial en zonas asediadas. La mayoría son estructuras provisionales, sin personal de MSF, a las que la organización facilita apoyo material, formación a distancia para ayudar a médicos sirios a afrontar necesidades extremas.

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“En una crisis como esta queda cada vez menos personal trabajando en las infraestructuras sanitarias, el aprovisionamiento de medicamentos se ve interrumpido por la guerra y eso crea dificultades para la gente que no solo es afectada por heridas de guerra, sino también tiene enfermedades crónicas como hipertensión o diabetes.

“La limitación de medicamentos básicos también ha afectado el tratamiento para niños que tienen enfermedades de acuerdo a la temporada: diarrea, en verano, y enfermedades respiratorias, en invierno.

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“La situación de crisis hace que la provisión de medicamentos no sea la adecuada y haya complicado el acceso a servicios posquirúrgicos de no heridos, el acceso a la salud reproductiva, el poder tener partos en sitios seguros, poder proceder con una cesárea...

“Esta falta de solución al problema hace que quienes han logrado llegar a algún campo de refugiados en Turquía, Líbano... piensen en buscar nuevos horizontes. Ahí es donde entra la idea de ir, incluso a costa de sus vidas, hacia Europa.

“Después de tantos años de conflicto, de que la gente ha experimentado situaciones de violencia directa o indirectamente, que han visto morir familiares, las necesidades psicológicas son grandes e intentamos dar sostenimiento. Es difícil tratarlo en momentos que la violencia continúa, pero lo intentamos todos los días.

“En agosto de 2015 finalmente hemos podido confirmar que se atendieron cuatro pacientes con síntomas y signos de exposición a agentes químicos, en una de las estructuras apoyadas por MSF, en el norte de Siria. El año pasado también sucedió un ataque así. Sabemos que esta es una situación que puede suceder y por eso nuestros equipos deben estar preparados.

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“La red interna y externa de apoyo se ha ido creando en los últimos cuatro años. MSF también ayuda a los refugiados sirios que han huido a Jordania, Líbano, Turquía e Irak.

“En estos campos de refugiados, en este año, la población no ha aumentando de manera exponencial, pero no vemos una reducción importante de la gente que atendemos.

“Diariamente, las historias de sufrimiento de gente que tiene que huir y dejar a sus familiares o que ha tenido que testimoniar la muerte o el abuso de ellos son las que escuchamos entre nuestros pacientes. Eso es lo que les hace a los sirios decidir huir e instalarse en otro lugar.

“Pero a veces no todo para ahí, cuando creen que la tranquilidad llegó deben nuevamente huir para salvar sus vidas. A muchos se les está acabando la esperanza”. (I)

Nos damos cuenta de que, lastimosamente, el conflicto que vive Siria no tiene una solución inmediata. Eso empieza a desesperar a la población”.Florencia Romero MSF