El papa Francisco pidió este miércoles a los obispos estadounidenses que trabajen para que los casos de abuso sexual de niños que sacudieron a la Iglesia Católica no se repitan nuevamente.

"Sé cuánto les ha hecho sufrir la herida de los últimos años, y he seguido de cerca su generoso esfuerzo por curar a las víctimas, consciente de que, cuando curamos, también somos curados, y por seguir trabajando para que esos crímenes no se repitan nunca más", dijo el pontífice argentino durante una sesión de oración con los prelados en una iglesia de Washington.

Francisco ha adoptado medidas severas contra la pedofilia, pero en Estados Unidos su decisión de no reunirse con víctimas de abuso sexual por sacerdotes decepcionó a muchos seguidores.

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Unos 6.400 sacerdotes católicos han sido acusados de abusar a menores en Estados Unidos entre 1950 y 1980, pero activistas creen que el número puede ser mayor.

Expertos dijeron en el Vaticano en 2012 que la cifra de menores estadounidenses víctimas se acerca probablemente a 100.000.

Muchos obispos y el Vaticano también han sido acusados de proteger a los sospechosos de abuso y despreciar a las supuestas víctimas.

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El papa Francisco aceptó en junio la dimisión de los dos obispos que encabezaban una diócesis de Minnesota (norte de Estados Unidos), el arzobispo John Clayton Nienstedt y su adjunto Lee Anthony Piché, como reclamaban grupos de víctimas de abusos sexuales por parte de sacerdotes.

Las revelaciones de estos casos ha provocado líos financieros para la Iglesia estadounidense.

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Desde que salieron a la luz pública los primeros casos en los años 2000, la Iglesia ha gastado 3.000 millones de dólares en costos legales y rehabilitación para los acusados, según la ONG Bishop Accountability. (I)