Después de su primera misa en Cuba, el papa Francisco se dirigió a la residencia del expresidente cubano Fidel Castro, de 89 años, donde ambos sostuvieron “un encuentro muy familiar, muy informal” en presencia de la esposa del líder máximo, Dalia Soto del Valle, así como sus hijos y nietos, informó el portavoz del Vaticano, padre Federico Lombardi.

“El papa fue con un pequeño grupo a la residencia del comandante”, señaló Lombardi, al precisar que él mismo no estuvo presente en el encuentro.

En su reunión, abordaron algunos temas de actualidad internacional, como los daños al medio ambiente.

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Francisco y Fidel intercambiaron regalos, que consistieron en algunos libros y CD.

En particular, “el comandante donó al papa el libro Fidel y la religión (del brasileño Frei Beto) con una dedicatoria: para el papa Francisco, por su fraternal visita a Cuba”, indicó.

Pero los regalos que escogió el papa para Fidel llamaron la atención. Se trata de algunos libros, incluido una colección de sermones del sacerdote jesuita español Amando Llorente, quien fue profesor del propio Castro cuando estudió en el jesuita Colegio de Belén de Cuba y dos discos compactos con la voz del clérigo. Llorente fue forzado a salir del país poco después del triunfo de la revolución en 1959, cuando Castro asumió el poder.

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Austen Ivereigh, biógrafo de Francisco, refirió “no puedo más que pensar que el papa Francisco está invitando a Fidel Castro a hacer las paces con su pasado”.

En la tarde, el presidente Raúl Castro recibió al papa Francisco en el Palacio de la Revolución en La Habana, en el segundo día de su gira por Cuba.

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El mandatario cubano escoltó al pontífice a lo largo de una alfombra roja mientras intercambiaban algunas palabras.

Ambos saludaron a cardenales cubanos y a funcionarios del gobierno de la isla, y luego fueron hasta un espacio acondicionado con dos sillas y las banderas de Cuba y el Vaticano, donde se sentaron a charlar.

La conversación duró aproximadamente 45 minutos. (I)