Martes 15 de septiembre. La Comisaría del Ministerio de Salud y la Policía Especializada para Niños, Niñas y Adolescentes (Dinapen) clausuraron una supuesta clínica de rehabilitación en La Florida por no tener permisos. Las madres de los asilados por problemas de adicciones se reúnen y claman para que no la cierren. Afirman no tener a dónde acudir.

A estos centros privados suelen ir familias que alegan no encontrar estos servicios en el sistema público. Esto se debe al déficit de estos centros. Hay dos: el Cetad para adultos y Juan Elías, que fue abierto este año y que atiende a menores.

A estos se suma el centro Virgen de Fátima, al cual el Ministerio de Salud compra los servicios desde el 1 de este mes.

Publicidad

“Tenemos déficit en programas residenciales, ahí hay debilidad. Lo que sí está cubierta es la atención, orientación y tratamiento ambulatorio”, indica Patricio Zapata, director provincial del Consejo Nacional de Control de Sustancias Estupefacientes y Psicotrópicas (Consep).

Explica que cuando hay una fuerte dependencia a la droga, ahí necesita residencia. “Depende el tiempo, la cantidad y la frecuencia”, recalca. Por ello la importancia de un diagnóstico en las unidades de salud.

A nivel privado hay unos 30 centros con permisos del Ministerio de Salud, según Zapata, quien agrega que tanto el Virgen de Fátima como otros establecimientos recibirán capacitaciones para el manejo de los adictos a la hache. Añade que se van a potenciar otros centros para ampliar la cobertura.

Publicidad

El costo en los centros particulares es una limitante para muchas familias. En Nueva Luz, ubicado en la ciudadela Martha de Roldós, los primeros seis meses de internamiento ¬se les da atención de salud, talleres, terapia psicológica individual y familiar, deportes¬ cuestan 3.500 dólares.

Los siguientes 18 meses son de seguimiento, deben acudir tres veces a la semana, y ese servicio es sin costo, señala el director, Cristhian Díaz. Ahí tienen 25 pacientes adultos, quienes tuvieron que firmar una carta de ingreso.

Publicidad

En el Instituto de Neurociencias, donde se han incrementado los casos de 3 a 12 de pacientes farmacodependientes infantojuveniles (de 8 a 17 años) en los últimos dos años, podría llegar a costar de $ 300 a $ 500 un tratamiento ambulatorio.

De los doce que llegan por primera vez, un 20% termina el tratamiento, refiere con preocupación Elena Rodríguez, jefa de Consulta Externa del Instituto de Neurociencias.

A finales de 2013 comenzó el incremento de niños y adolescentes en el consumo de sustancias. Por lo que de dos psiquiatras, en 2014, subieron a cinco, más cuatro psicólogos, para ampliar su cobertura. El instituto también atiende a personas adultas.

Las atenciones por consumo de estupefacientes aumentaron de 2.020, en 2013, a 5.458, en 2014. “La mayoría de los niños está con una adicción severa que ocasiona problemas físicos y mentales, vamos a una generación de personas con limitada capacidad intelectual y cognitiva, porque es lo que más deteriora (la hache)”, expresa Elena Rodríguez.

Publicidad

Luis, de 16 años, está en tratamiento en el Instituto de Neurociencias de manera ambulatoria. Lleva un mes sin consumir hache, la cual inhalaba con sus compañeros del colegio. Él decidió buscar ayuda al enterarse que dos de sus amigas fallecieron por intoxicación.

El hospital público Francisco de Ycaza Bustamante atiende a los pacientes con problemas de adicciones en el Centro de Información Toxicológico de Guayaquil (Citox), donde llegan pacientes intoxicados por diferentes factores, como veneno y estupefacientes.

En lo que va del año ha atendido a 472 pacientes. La consulta que presta es directa y no necesita de una interconsulta, además se la puede hacer por vía telefónica, al 259-7575.

Es fundamental el soporte familiar para recuperarse. (I)

Apuntes
Efectos

Afectación
La hache produce deterioro cognitivo, fisiológico y orgánico (enzimas hepáticas, gastritis, entre otros problemas).

Componentes
El 60% de la droga es heroína y el resto sustancias nocivas, según el Consep.

Costo
Una dosis de hache, según las investigaciones, puede costar entre 2 y 5 dólares.