A una semana de que los países miembros de Naciones Unidas se reúnan para definir los nuevos Objetivos de Desarrollo Sostenible, el representante en Ecuador del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, Diego Zorrilla, evalúa las metas cumplidas y los retos.

A quince años de que en Nueva York se firmó la Declaración del Milenio para cumplir ocho objetivos para el desarrollo, ¿cómo definiría el cumplimiento de estos?
La agenda de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) ha sido un gran éxito, pues ha permitido focalizar la atención de los actores de desarrollo en todos los países sobre el cumplimiento de estas metas. Los ODM estaban construidos alrededor de la meta de reducir la pobreza extrema y esa meta se alcanzó antes de 2015. Es verdad que eso fue gracias a la reducción de la pobreza de algunos grandes países como China o la India. Eso no quiere decir que no haya un montón de desafíos para seguir cumpliendo. (...) En Ecuador se han cumplido todas las metas, a excepción de la que tiene que ver con la mortalidad materna. Se ha reducido la esencia de la mortalidad materna, pero no se alcanzó la meta. Hoy hay un trabajo de Naciones Unidas en Ecuador con el Ministerio de Salud para tener un plan de aceleración para lograr alcanzarla.

Al evaluar estos ODM a partir de lo que los gobiernos expresan que han hecho, ¿no se corre el peligro de no ver la realidad?
Nosotros nos basamos en las fuentes estadísticas que tienen los gobiernos, pero al mismo tiempo en los países que estamos presentes tenemos un trabajo cercano con los gobiernos para dar seguimiento a estas cifras. Los informes de cumplimiento de los ODM se basan en fuentes oficiales, pero cuando vemos que hay una distorsión fuerte respecto de datos que tenemos, a través de otros estudios, podemos entrar en un diálogo con los gobiernos para apoyar.

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Ecuador presenta cifras que revelan, por ejemplo, una reducción en la brecha de pobreza, pero no se logró cumplir la meta en reducción de la mortalidad materna ni en la desnutrición infantil que habla de pobreza, ¿no será que lo que se logró mejorar fueron las cifras y no la realidad, al menos no en la proporción que estas (las cifras) presentan?
Las cifras son un reflejo de la realidad. (...) Yo creo que existe aún un alto número de gente en Ecuador que vive en situación de pobreza (extrema). Creo que la última cifra de la Senplades habla de cerca del 9% de ecuatorianos que viven en condiciones de pobreza extrema y eso significa más de 1 millón de personas en una situación dramática. Incluso gente que sale de la pobreza se encuentra a veces en situaciones en las que cualquier evento adverso puede hacerle volver a caer en situaciones de pobreza. Estos límites que ponemos de la pobreza, de lo que es pobre y no es pobre, etcétera, son a veces muy artificiales...

En Ecuador, la pobreza por consumo bajó casi 13 puntos entre 2006 y 2014; sin embargo, esta medición se basa en una línea de pobreza de ingresos mensuales y considera como no pobres a personas que apenas sobrepasan esos valores, pero que viven en condiciones muy precarias. ¿Cree que esta forma de medir la pobreza debe modificarse, incluyendo aspectos como necesidades básicas insatisfechas?
Tenemos todo un trabajo que desarrollar en Ecuador y que nosotros estamos apoyando desde el PNUD, que es el de tener un índice de pobreza multidimensional. Algo que nos permita medir la pobreza, el progreso con mayor sofisticación que el de únicamente una línea de ingresos... Las necesidades básicas no satisfechas son una manifestación de este índice.

Usted dijo en una entrevista en 2013 que lo que más reduce la pobreza en una nación es que la gente tenga acceso a un empleo digno y de calidad. Pero en Ecuador, a junio de 2015 según el INEC, la tasa de empleo inadecuado bordeaba el 49,07%, y sumando el desempleo la cifra de la PEA sin acceso a un empleo adecuado es del 53%.
Realmente esa es una pregunta muy técnica y ahora mismo no tengo datos o los elementos para darle una respuesta. Pero respecto a la relevancia del acceso al empleo como una fuente para la reducción de la pobreza, es evidente. De hecho, uno de los ODS es asegurar un empleo digno para todo el mundo. El análisis que hacemos y de hecho va a ser objeto del próximo informe de Desarrollo Humano Global del PNUD va a enfatizar esta relación entre empleo y la reducción de la pobreza.

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¿Cuán importante es evaluar la calidad del gasto de los gobiernos?, porque al fin y al cabo cada dólar es significativo en los países no desarrollados y en desarrollo.
Es muy importante (evaluarlos), pues los recursos de los gobiernos son evidentemente finitos y es muy importante que esos dólares que se han invertido lo hayan sido hechos en los sectores que permitan reducir las desigualdades, que permitan crear empleo y sacar a la gente de la pobreza. Pero esto hay que entenderlo, que hay gastos que se pueden ver suntuarios, y eso son los que hay que evitar. (I)