El gobierno derechista de Hungría cerró ayer la principal ruta terrestre para la entrada de inmigrantes a la Unión Europea (UE), haciéndose cargo por su cuenta de la situación para detener el flujo de refugiados en Europa. Mientras, un intento de emergencia, liderado por Alemania, para obligar a los estados miembros de la UE a aceptar cuotas obligatorias de refugiados no prosperó.

La canciller alemana, Angela Merkel, pidió una cumbre especial de la UE y se distanció de las palabras de su ministro del Interior, Thomas de Maiziere, quien abogó por “hablar sobre maneras de ejercer presión” en la cadena de televisión ZDF, provocando una gran molestia en Centroeuropa.

“Debemos restablecer el espíritu europeo de nuevo”, dijo Merkel. “No creo que las amenazas sean la forma correcta de lograr un acuerdo”.

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Los ministros del Interior de la UE, que no llegaron a un acuerdo el lunes sobre el sistema de cuotas que defiende Alemania, se reunirán de nuevo el 22 de septiembre.

Según las nuevas reglas que entraron en vigor pasada la medianoche en Hungría, todo el que pida asilo en su frontera sur con Serbia –uno de los límites exteriores de la UE– será devuelto. Además, todos los que intenten entrar ilegalmente serán encarcelados. (I)

Crisis migratoria
Naufragio

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22 muertos
La crisis migratoria registró un nuevo drama con la muerte de 22 personas, entre las cuales cuatro niños, en el naufragio de una embarcación que navegaba entre Turquía y Grecia. Se rescató a 211 personas.