Hungría desplegó este lunes un vagón de carga rodeado de alambre de púas para cerrar un cruce fronterizo clave y advirtió que las deportaciones serán parte del nuevo esfuerzo para lidiar con el flujo masivo de migrantes de países de Medio Oriente, Asia y África.

Las nuevas leyes que entraron el martes (lunes en Ecuador) en vigor convierten en ofensa penal, sancionable con cárcel o deportación, dañar las nuevas defensas fronterizas de Hungría.

Las autoridades húngaras también decretaron un espacio aéreo de baja altitud en la zona fronteriza, reservado para helicópteros policiales de vigilancia, mientras que agentes a caballo patrullan partes de la frontera de casi 175 kilómetros.

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Mientras, la Unión Europea (UE) no pudo alcanzar un acuerdo en torno a un plan para que los 120.000 refugiados que han llegado a Italia, Grecia y Hungría sean distribuidos entre los estados integrantes del bloque.

El canciller de Luxemburgo Jean Asselborn dijo el lunes, tras presidir una reunión de ministros del Interior de la UE, que "es prematuro que el consejo tome una decisión hoy".

Asselborn dijo que "aunque estamos en circunstancias de urgencia, tenemos que seguir los procedimientos".

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La República Checa, Eslovaquia y Hungría están entre los países que se oponen a la reunión de emergencia. (I)