Austria y Eslovaquia se apresuraron el lunes a copiar a Alemania al anunciar la colocación de puestos de control fronterizos, poniendo todavía más presión a los ministros de la Unión Europea reunidos en Bruselas con la idea de acordar una estrategia común que les permita hacer frente a la crisis migratoria que se desarrolla en Europa.

El vicecanciller alemán Sigmar Gabriel defendió los nuevos controles diciendo que no estaban diseñados para mantener lejos de Alemania a las personas que huyen de su país, sino para tener un flujo más ordenado de personas. En una carta enviada a su Partido Socialdemócrata, también predijo que podrían llegar a Alemania hasta 1 millón de solicitantes de asilo este año y pidió que otras naciones de la UE hagan más por ayudar.

Los controles fronterizos son una "clara señal" a nuestros socios europeos de que "Alemania, aunque estamos preparados para dar asistencia desproporcionada, no podemos recibir a todos los refugiados", escribió.

Publicidad

Lea también: Cuatro puntos para comprender la crisis migratoria en Europa

Hungría por otra parte se prepara para introducir controles fronterizos más duros a partir de la media noche, con leyes que pueden enviar a los traficantes a prisión y deportar a migrantes que corten la nueva reja fronteriza húngara. El líder del país fue muy claro en decir que estaban pensadas para mantener a los inmigrantes alejados.

"Tienen que defender a Hungría y Europa. Deben defender las fronteras del país mientras al mismo tiempo protegen nuestra forma de vida. Son los defensores de nuestra cultura, nuestra forma de vida y soberanía", dijo el primer ministro Viktor Orban a cientos de policías que se dirigían a la frontera serbia.

Publicidad

La República Checa reforzó su presencia en la frontera con Austria, pero todavía no introduce puestos de control.

Con el sistema de fronteras abiertas existente en gran parte del continente cada vez bajo más presión, los ministros del Interior de los 28 países de la Unión Europea iniciaron discusiones de emergencia el lunes en Bruselas con la idea de estrechar la división sobre cómo repartir la responsabilidad por los miles de refugiado que llegan todos los días.

Publicidad

"Si no hallamos una solución, entonces este caos será el resultado", dijo el canciller de Luxemburgo Jean Asselborn, país que actualmente tiene la presidencia rotativa de la UE. "Esto se convertirá en un efecto dominó y tendremos que olvidarnos de Schengen", el área de fronteras abiertas y uno de los mayores logros de la Unión Europea.

Sus conversaciones se centrarán en cómo distribuir a 160.000 refugiados durante los próximos dos años.

La llegada de unos 500.000 migrantes en lo que va de año ha tomado a la UE por sorpresa, y el bloque europeo ha reaccionado con lentitud a la situación.

Los ministros confirmarán la distribución de un contingente inicial de 40.000 refugiados, pero este plan se elaboró en mayo, y algunos estados siguen negándose a asumir su parte proporcional antes de final de año.  (I)

Publicidad