“La presente comunicación es para ponerle en conocimiento de su autoridad, que hace (...) años solicitamos 45 viviendas del Miduvi, las cuales fueron aprobadas y suscrito el contrato de construcción al señor (...), viviendas que fueron abandonadas en abril del 2009”.

Es la versión en al menos seis oficios dirigidos entre el 2013 y 2015 a directores provinciales del Ministerio de Desarrollo Urbano y Vivienda (Miduvi), los dos gobernadores de ese periodo e incluso a un funcionario subrogante en ese cargo.

Genaro Rivera, habitante del recinto La Clemencia, un poblado de Balzar ubicado en el km 137 de la vía Guayaquil-El Empalme, es el firmante de los documentos y quien lidera el reclamo de los adjudicatarios de las casas agrupados en la cooperativa 15 de Agosto.

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“La mayoría de viviendas sin baños, ni instalaciones de agua ni luz, los materiales con que se fabricaron las puertas son de pésimo material”, sostiene Rivera en los oficios en los que solicita al Miduvi que retome la obra truncada hace seis años.

Desde el 2012, el dirigente vive en una de las casas presuntamente inconclusas, donde la puerta es una plancha de zinc y la ventana, un pedazo de plástico. Afirma que los contratistas no colocaron esas cubiertas.

“Yo me puse de pie al ver tanta injusticia”, menciona Rivera, alegando que presuntamente hubo robo de material, que derivó a que obreros pongan pisos relativamente delgados y con poco cemento, “pura arena”, fustiga el hombre, que afirma que seguirá insistiendo, pese al desgaste físico y económico que, refiere, supone viajar a Guayaquil para dejar oficios en distintos entes.

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Carolina Salcedo, directora provincial del Miduvi, a quien Rivera dirigió un oficio el 26 de mayo pasado, señaló que el Ministerio en su momento ejecutó las garantías en contra del contratista incumplido, que llegó al 80% de avance de obra, citó.

Subrayó que una arquitecta “está realizando la liquidación con el presupuesto actualizado para poder (...) subir al portal la contratación de las obras, incluido el mejoramiento de la infraestructura que se encuentra deteriorada”, mencionó.

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En el recinto La Clemencia, Esperanza Chacón, sexagenaria, vive en una de las casas inconclusas del Miduvi, situada en medio de plantas de cacao, maíz, papaya y naranja, junto con otros vecinos que comparten su malestar.

Asegura que cuando llueve el agua se filtra y ella cree que es por la delgadez y mala calidad del piso. “Los ratones enseguida hacen huecos, escarban no más”, reclama la habitante de una casa a la que tampoco le pusieron ventanas.

Salcedo espera que luego de definir qué exactamente tiene que hacer el nuevo contratista, y el presupuesto respectivo, los trabajos se retomen a inicios del próximo año. (I)

Recinto
Viviendas

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Situación actual
Luego de cinco años de supuesta para de los trabajos, las viviendas presentan grietas en las paredes, huecos, cables sueltos, falta de inodoros, entre otras anomalías.