El hotel Sheraton abrió sus puertas en Guayaquil el 30 de agosto del 2000, tras ejecutarse el cambio del sucre nacional al dólar estadounidense, lo que representó entonces un golpe para la economía local, una vez transcurridos los meses de convulsión tras el derrocamiento de Jamil Mahuad y la asunción al poder de Gustavo Noboa.

“Llegamos luego de un largo periodo de construcción”, menciona Pedro Iván Serrano, gerente general del centro de hospedaje, operado por la colombiana GHL Hoteles, la cual tiene 51 años en el mercado, según el directivo fundador del sitio en Guayaquil, que alude al panorama político y económico de inicios del 2000 para evocar el estreno de la empresa.

Luego del Mall del Sol, el Sheraton se asentó en la av. Constitución (Joaquín Orrantia), afirma Serrano, quien cree que el hotel aportó con el concepto empresarial que define el área, que hoy suma al edificio Nobis, entre otras construcciones.

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Entre los huéspedes ilustres, el Sheraton cuenta al expresidente uruguayo José Mujica y a la mandataria chilena, Michelle Bachelet. Ambos se alojaron en el hotel en el 2014 cuando llegaron a Guayaquil para participar de una cumbre de presidentes. Además, a la selección española de fútbol cuando en el 2013 vino a jugar con el combinado ecuatoriano, cuando era campeona mundial.

Serrano palpó la sencillez que mundialmente caracteriza al líder uruguayo. “Brilló por su forma de ser, su sencillez, su acercamiento sin problemas, casi sin guardaespaldas, se sentaba a desayunar con la gente, a compartir”, evoca el gerente.

Los huéspedes complicados no faltan, de lo cual Serrano comenta que trata de darle gusto a todos. “Somos muy rigurosos en el compromiso de dar el servicio, de dar lo que la gente pide”, expresa el directivo, que indica que el Sheraton “afortunadamente” mantiene altos índices en satisfacción al cliente.

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“Si usted no durmió anoche porque hubo un ruido demostrado aquí en el hotel, lo lógico es que no puedo cobrarle la noche”, asegura Serrano, colombiano con 40 años de trayectoria en la actividad hotelera.

De Guayaquil considera que es una ciudad dependiente de la parte corporativa, del turismo de negocios, y que cada norma de tipo legal, legislativa, gubernamental “cambia las reglas del juego”. “Una limitación para las importaciones, detiene inmediatamente la ocupación porque la gente viene a negociar, este es un puerto de importación y exportación”, sostiene Serrano, convencido de que los hoteles son un termómetro de la economía. “Lo que pasa se siente aquí, de una”, comenta.

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Ve como una oportunidad la consecución de un nuevo aeropuerto y cree que la entrada de aviones no ha crecido lo suficiente. “Vuelos directos internacionales de los mayores generadores, que son los Estados Unidos, solo hay uno en el día, el de American; los demás son con escala en Panamá, en Lima, en distintos sitios y eso limita bastante, porque viajar a destinos como Ecuador con más de una escala, la gente lo piensa, es una dificultad”, opina.

Admite que en el mercado local toca “guerrear los clientes”. “Ecuador es uno de los países que más tiene tarifa baja en el área, en Latinoamérica”, comenta Serrano. (I)

Apuntamos a actualizar el activo, vamos a empezar una remodelación del lobby, acabamos de remodelar el 100% de habitaciones, es una dinámica que hay que mantener...Pedro I. Serrano, gerente del hotel