Los moradores de la ciudadela Las Acacias, en el sur, lo consideran un ‘mal vecino’. Uno que emana malos olores, de aspecto vetusto y que, por su desuso, representa un peligro para la comunidad, que se ha organizado con el afán de pedir una solución al problema que supone su presencia en la esquina de las calles Aurora Estrada Ayala y Carlos H. Garcés.

Se trata de la estructura de lo que fue un Puesto de Auxilio Inmediato (PAI), instalado allí hace unos 30 años, según Michael Vicuña, presidente del comité del parque central de Las Acacias, conformado hace un par de semanas.

El retén policial está desocupado hace una década. Y por eso, dice Vicuña, fue desmantelado. Antisociales se llevaron el cableado, los focos, las puertas y una de dos rejas.

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Ahora, el habitáculo sirve de refugio para ladrones y consumidores de droga, incluso allí se habrían cometido abusos sexuales, cuenta con preocupación Cecilia Andrade, moradora de Las Acacias.

“Dos mujeres fueron violadas hace dos años. Y ahora este es el centro del consumo de droga espantoso”, describe ella, mientras al acercarse a la estructura observa a un hombre dormido en un rincón del sitio.

Con la construcción de las Unidades de Vigilancia Comunitaria (UVC), equipadas y con personal policial, en algunos sectores de la urbe los retenes quedaron abandonados. Eso lo aprovechan los antisociales.

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Ocurre también en Mapasingue oeste, por la compañía Promesa. Y en la ciudadela Ferroviaria, sobre la avenida Carlos Julio Arosemena, frente a la estación de la Metrovía.

Mauricio Naranjo, morador del sitio, señala que la estructura lleva vacía diez años.

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“Aquí hace falta tener policías, porque roban a plena luz del día y los ladrones se esconden en el PAI”, relata.

Piedad Cholota dice que siempre camina por el antiguo retén y observa a indigentes inhalando solución. Sobre este tema, este Diario consultó al Ministerio del Interior, pero no obtuvo respuesta. (I)

Yo he visto que llegan hombres que lavan hasta ropa y después la dejan en la ventana (del retén) para que se seque, es peligroso esto.Piedad Coleta, trabaja en la Ferroviaria