Anualmente en Guayaquil se reproducen entre 30 y 50 millones de ratas en Guayaquil, calcula la Dirección municipal de Salud. Muchas más que el número de habitantes. De hecho, la misma fuente cree que en promedio, hay de 25 a 30 roedores por habitante en la ciudad, dada la gran capacidad de reproducción que estos roedores tienen al aparearse.

Y a pesar de los esfuerzos, la aspiración de la autoridad es poder exterminar menos de la mitad de eso, en el año: 22’050.000.

Luis Aguilera dice haber sido víctima del poder destructivo de las ratas hace unos seis meses. Los roedores invadieron su casa, en la calle 21 y callejón Venezuela, en el suroeste de la ciudad, y desaparecieron la lana del horno de la cocina que había adquirido recientemente.

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“Gasté arreglando mi cocina como 150 dólares, porque compré la lana y le puse una lata en la parte de abajo para que no se metan esos animales”, cita el hombre que atribuye la proliferación de ratas al desaseo que ciertos vecinos de su sector tienen en el patio de las casas.

Pero los roeodores no solo anidan en sectores populares, sino también en urbanizaciones situadas en avenidas como la autopista Narcisa de Jesús, vía a Daule y otras. Por las noches, las ratas se pasean por avenidas céntricas como la 9 de Octubre o la calle Rumichaca.

Ante esta realidad, desde hace 14 años el Cabildo ejecuta una campaña anual de desratización, que consiste en la distribución de raticida en bloques y en grano, dentro y fuera de los domicilios, zanjas y terrenos baldíos.

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Aguilera, quien el martes pasado recibió a los brigadistas del Municipio, cuenta que a más de la cocina las ratas rumiaron los cables de su equipo de sonido.

Pero lo que más le preocupa, afirma, es que los roedores caigan sobre sus nietos de 4 y 9 años, mientras ellos duermen, pues en las noches las ratas ingresan del patio de la casa contigua a la suya, a través de los boquetes del techado.

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“Hay que abrirles la cama (de las paredes) para que no se vayan a trepar porque hasta en la cama se trepan esos animales”, narra con fastidio junto a su esposa Teodora Sánchez.

Johanna Peña, moradora de la cooperativa Valle de los Geranios, en el norte de la urbe, comenta que las ratas entran y salen de su casa a cada instante, porque está haciendo unos arreglos de construcción y el techo está despampado.

“A veces la comida del perro se la comen toda, pero son unas grandotas, no son chiquitas, son unas señoras ratas”, describe.

Hace unos cinco meses, reseña, empezó a tener problemas con la lavadora, el aparato dejaba de funcionar de un momento a otro. Y para ahorrar dinero, su esposo desarmó el electrodoméstico y al hacerlo, en el área del panel de los botones halló los cables roidos al igual que huesos y fundas de plástico que servían de nido a los roedores y sus crías.

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El hombre reemplazó los cables averiados, lo que significó un gasto de 14 dólares. "Si tenía que pagar mano de obra me salía más caro”, expresa el cónyuge de Peña.

A Karen Baldeón, otra vecina de Valle de los Geranios, los roedores no solo le dañaron electrodomésticos sino también un recipiente plástico donde guarda platos, vasos y cucharas.

En el bloque 6 de Flor de Bastión, a Apolonia Magallanes las ratas se le comen los verdes, cuando deja los racimos en el mesón de la cocina.

EL UNIVERSO solicitó, el miércoles pasado, al Ministerio de Salud, información sobre las acciones que emplea en la ciudad para combatir estas plagas, pero hasta las 19:00 de ayer no hubo respuesta alguna.

Campaña de desratización
Durante esta campaña prevista para cinco meses, el Cabildo distribuirá 31 kilos de raticida en barra y granulado. La sustancia envenena lentamente a los roedores, les seca el organismo y causa la muerte.

Uso de trampas
En el Mercado Central, en varios puestos se venden trampas para las ratas, el valor de los artefactos de madera que se accionan con un resorte es de entre $ 1,50 y $ 3,50.

Evite enfermedades
El doctor Alejandro Sáenz, subdirector municipal de Salud, recomienda que para evitar que la plaga anide en las casas es necesario tapar herméticamente los recipientes de basura. Sugiere lavar todos los alimentos antes de ingerirlos.

Musofobia
Es el miedo a las ratas o a cualquier otra clase de roedores. Hay personas que padecen de este problema. (I)