Desde pequeño conoció el significado de la palabra sacrificio. Su madre, Flor María Izurieta Armijos, se encargó de criarlo sola junto a sus seis hermanos y desde los 11 años se involucró en varios trabajos para ayudar a sostener su casa.

Fue panadero, vendedor, recaudador de productos, ayudante de mecánica y hasta se enlistó como pescador en alta mar. Esta última experiencia, dice Marlon Muñoz Izurieta, lo ayudó a madurar y a acercarse a Dios.

Muñoz, de 42 años, es el director del Centro de Soluciones Legales en Negociaciones, Mediación y Conciliación (Censol), que funciona en Rumichaca y 9 de Octubre, con permiso del Consejo de la Judicatura y que desde su apertura en 1999 hasta la actualidad ha logrado resolver unos 3.500 casos, con diferentes problemáticas.

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Su inclinación para formarse como abogado, título que obtuvo por una beca en la Universidad Metropolitana, se dio por parientes de El Oro, quienes integran la Corte de Justicia de dicha provincia, y su capacitación desde adolescente en proyectos en los que intervenía como voluntario.

En su desarrollo profesional, destaca, además de su progenitora, influyeron tres mentoras importantes: Rossana Vinueza de Tama, Anunziatta Valdez de Ferrín y Alba Chávez. “Me ayudaron a surgir en el área social, fueron orientadoras, mentoras, amigas, lograron ayudarme en este camino”, añade este padre de tres hijos.

Muñoz, especializado en la conciliación de conflictos, asegura que en 1999, cuando comenzó en esta función, la mediación era un método desconocido entre la comunidad. En ese año se inició la Oficina Socio Jurídica de Mediación, que funcionó en los tribunales de menores del Guayas, que antes existían en Gómez Rendón y Babahoyo.

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“Ese fue un proyecto donde nació la semilla de lo que es el Centro de Soluciones Legales en Negociaciones, Mediación y Conciliación. En el 2001 continuamos con el consultorio jurídico, ya no tan gratuito, pero con precios razonables. Cuando nos independizamos, en el 2005, tuvimos nuestro centro de mediación privado”, señala el mediador.

Emelecista y aficionado al paintball, Muñoz empieza su jornada laboral desde las 09:00. Desde el norte de la urbe se traslada hasta el centro, cuando quiere evitar el tráfico se transporta en la Metrovía, y aprovecha para desayunar en una hueca, cercana a la oficina, bollos, guatita o encebollado, sus platillos favoritos.

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Uno de sus mayores desafíos, revela, sería convertirse en alcalde de la ciudad, para traer nuevos proyectos en pro de la Perla del Pacífico, e incluso presidente de la República.

Para finales de este año espera publicar el Manual de procedimiento de mediación, que se encuentra elaborando. (I)

Estuve vinculado a fundaciones, organizaciones, estuve becado por la fundación Esquel, cuando retomé mis estudios hasta la universidad, cuando comencé a estudiar Derecho.Marlon Muñoz, abogado