Con extensos kilómetros verdes, abundantes pájaros en los alrededores y el olor de la hierba después de la lluvia, así recuerda Andrés Pareja al Samborondón de hace 20 años.

Él tiene dos décadas viviendo en el sector, por lo que el crecimiento urbanístico sucedió ante él. “Yo llegué cuando solo había construcción hasta el km 3,5; el lugar era sumamente silencioso, no era novedad llegar a la casa y ver una iguana en plena entrada”, dice.

Este paisaje poco a poco fue cambiando por el aumento de construcciones de urbanizaciones, colegios y espacios comerciales, lo que a criterio de Andrés ha convertido al sector en un lugar gris y de cemento.

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Según datos del INEC, del último censo de Información Ambiental Económica en Gobiernos Autónomos Descentralizados Municipales, realizado en el 2012, Samborondón registra 5,94 m² de áreas verdes por habitante. Dentro de los cantones del Guayas, Santa Lucía y Playas son algunos de los que más alto porcentaje de áreas verdes registran con 13,04 y 11,63 m², respectivamente, mientras Naranjito y El Empalme tienen las cifras más bajas con 0,93 y 0,92 m² por habitante. El INEC no arroja información respecto de Guayaquil.

Además, según datos establecidos en el plan de desarrollo cantonal de Samborondón, se determina que de un total de 40.000 hectáreas hay 2.419 con cobertura natural vegetal, cifra que incluye, además, las áreas a las que no tienen acceso las personas.

La Organización Mundial de la Salud establece que debe haber 9 m² de áreas verdes por persona, como mínimo, y entre 10 y 15 m² como óptimo, sin considerar cerros ni colinas, sino áreas urbanas, calles y parques.

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Es por esta razón que, con el fin de aumentar el porcentaje de áreas verdes en el sector, desde hace tres años se modificó la Ordenanza de parcelación y desarrollo urbanístico, según el esquema de ordenamiento territorial de La Puntilla, en el que se establece que el 18% del área útil de la construcción de la urbanización debe ser destinado a áreas verdes en un espacio comunitario; esto no incluye los jardines particulares de cada vivienda. Antes, esta ordenanza exigía el 10%.

En la actualidad, el Municipio de Samborondón está fomentando el uso de especies nativas para cumplir con el porcentaje que exige la OMS y se está contemplando la alternativa de incluirlo como parte de la ordenanza.

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Pese a las cifras, hay residentes que consideran que hacen falta más áreas naturales, pues alegan que hay mayor presencia de árboles y plantas en ciudad Samborondón, a diferencia de La Puntilla.

“Yo veo que sí hay obras y preocupación por las áreas verdes, pero aún falta hacer más, creo que una buena idea sería hacer un parque público de acceso permanente a las personas para que a más de poder aprovechar la naturaleza, los deportistas que salen a correr en medio parterre tengan un espacio más seguro para ejercitarse”, comenta Carlos Zambrano, residente de Bosques de Castilla. En esto coincide Andrés, quien considera fundamental que haya un área grande y natural de esparcimiento que integre a la comunidad.

Hace unos tres años, el alcalde José Yúnez anunció como compromiso de campaña que se tenía previsto construir un parque en La Puntilla. La obra está programada para iniciarse el próximo año, aún no hay fecha exacta, ni dimensiones del lugar, pero se está considerando construirlo en Ciudad Celeste. En octubre se tendría definido el lugar exacto. “La prioridad en este momento son las obras de la ciclovía y el puente, es por eso que planificamos comenzar con el parque ya el próximo año”, asegura el alcalde Yúnez.

Más identidad
Para Marcos Fioravanti, consultor ambiental, el paisaje de Samborondón cumple con un rol estético y no ecosistémico, “con jardines ornamentales muy agradables para la vista, con un gran aporte al embellecimiento del sector, pero que afectan a su biodiversidad”.

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“Esto puede generar algunos problemas como mayor incidencia de plagas y la consecuente mayor utilización de plaguicidas contaminantes, y no favorece al incremento y diversidad de fauna”, agrega.

Roxana Chang, residente de Britania I, considera que se deben recuperar las especies endémicas y nativas del sector. “Me parece que podría haber más espacios verdes, de hecho los hay, pero como son escasos y dispersos no se percibe su presencia de una mejor manera, y cada vez se conoce menos a las especies del sector”.

En esto coincide Andrés. “Me preocupa el impacto negativo que la poca presencia de especies nativas puede causar en el ecosistema, esto podría conseguir extinguir alguna especie, por ejemplo”. Sin embargo, de acuerdo con la información bibliográfica del cantón, no hay registro de especies extintas.

Además, Édgar Muñoz, director de Aseo Cantonal, asegura que desde hace cuatro años se mantiene un plan de reforestación con especies nativas en el sector. Cada año se siembran unos 5.000 árboles aproximadamente. La mayoría están en cerros como Santa Ana, en diferentes unidades de conservación de la cabecera cantonal y a lo largo de la carretera, pasando el peaje.

“Todo programa de reforestación, como este, es excelente por cuanto esto ayuda en la recuperación de los suelos improductivos y de su biodiversidad; más aún si se lo hace con especies nativas que van a aportar no solo en la parte ambiental, sino económica de los habitantes de la zona a través de la utilización de estos recursos naturales”, considera Roberto Aguilera, docente de la U. Ecotec.

Asimismo, en La Puntilla se tiene previsto sembrar unos 200 árboles de cinco especies: eucaliptos, algarrobos, samanes, cabuya y amarillos en el parterre central que se hará como parte de la construcción de la ciclovía que atraviesa el ingreso de Ciudad Celeste.

Según Andrea Fiallos, directora de la Fundación La Iguana, organización que protege a los árboles y plantas, esto no es suficiente. “La clave para un crecimiento equilibrado es que la expansión poblacional y el crecimiento urbanístico tengan relación con las áreas verdes que existan en el sector, y aquí en Samborondón los espacios naturales son notoriamente escasos, no hay un solo parque amplio que sirva para que la gente salga a caminar y respire aire fresco”, señala.

La fundación, que se creó en 2011, tiene como objetivo principal promover la siembra de árboles nativos, educar sobre la importancia que tienen estos ejemplares y desarrollar proyectos ambientales.

Por esto que desde el inicio de su fundación Andrea comenzó con la campaña Sembrando una ciudad, con la que busca cambiar el paisaje de cemento de la zona urbana con mayor vegetación.

“El problema de todos nuestros parques de las calles y avenidas dentro de todo el Ecuador es muy alarmante, porque casi todas mantienen el mismo estilo, utilizan las mismas plantas y árboles, y tenemos que recordar que somos un país lleno de biodiversidad en flora y fauna, por lo que deberíamos tener diferentes tipos de paisajes”, agrega.

En esto coincide Fioravanti, quien considera que existe una baja diversidad en la utilización de especies, es decir, “se repite mucho un número determinado de especies iguales, creando espacios naturales sin diversidad de especies”.

Andrea tiene como propuesta cambiar el paisaje de la avenida principal de Samborondón reemplazando las palmeras, una especie introducida, por especies nativas como samán, guachapelí, arrobo, guayacán, entre otras. Al respecto, Muñoz explica que esta palmera es una palma real o roistonia, no representa una amenaza para el ecosistema natural porque no está identificada como una especie agresiva.

“Se pensó en plantar palmeras porque no causan problemas con el crecimiento de raíces que puedan dañar la vía, además son ideales para las zonas tropicales por su forma, por tener pocas raíces y requerir poca agua, y solo representan el 10% de lo verde que se siembra, porque hay que considerar que Samborondón no es solo esta avenida”, enfatiza Yúnez.

Fioravanti explica que, efectivamente, esta posibilidad se debe considerar “ya que la siembra de árboles en las ciudades es compleja por la interacción que hay entre estos y los sistemas de conducción de agua, alcantarillado y electricidad”. Pese a esto, Muñoz asegura que el Municipio está abierto a las nuevas propuestas para ver su factibilidad.

Actualmente, el Municipio junto con el Ministerio de Cultura hacen un inventario catastral de todo Samborondón para determinar la cantidad exacta de espacios verdes que tiene la zona, en especial La Puntilla. Se estima que el estudio esté listo en unos dos meses. (I)

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Metros cuadrados en áreas verdes por persona establece la Organización Mundial de la Salud

Nuestro objetivo es fomentar el uso de especies nativas y aumentar el porcentaje de áreas verdes, por eso año a año sembramos unos 5.000 árboles”.José Yúnez, Alcalde de Samborondón