La periodista y académica franco-brasileña Manuela Picq, que abandonó el país el pasado viernes luego de hábersele revocado la visa y negado una acción de protección para conservarla, se dedicó durante los ocho años que estuvo en Ecuador al estudio de las comunidades indígenas. Y hurgó en temas diversos como la violencia en las mujeres, la política, la diversidad sexual, las relaciones internacionales.

Esta Ph.D. en Derecho Internacional, que se desempeñaba como profesora de la Universidad San Francisco de Quito (USFQ), ha sido docente en Amherst College, la Universidad de Massachusetts Amherst y Princeton University. Allí es miembro del Institute for Advanced Study (al cual perteneció Albert Einstein) y corresponsal de la cadena de noticias Al Jazeera.

En marzo de 2014, en la Flacso, durante la conferencia ‘Hegemonías y periferias en la construcción de saberes en ciencia política: el rol de América Latina’, Picq daba cuenta de la ausencia de investigación sobre la Amazonía en relaciones internacionales y de publicaciones en revistas indexadas.

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De ahí parte su motivación. Editó el libro Sexualidades en la política mundial luego de constatar que en la Amazonía se desarrollaban paradas del orgullo gay, como en otras ciudades. “(...) Muchas veces pensamos que lo amazónico está parado en el pasado, olvidado en otro tiempo político, que es una sociedad que rechaza lo moderno, no politizada. Y vemos que la Amazonía está superpolitizada y hay redes de defensa GLBTI muy activas...”, dijo Picq a Conexiones, un programa de la USFQ.

Para ella, con ese libro y el debate abierto sobre la diversidad sexual es posible hacer políticas públicas más justas para estas poblaciones y para los derechos humanos.

En la publicación Participación y políticas de mujeres indígenas en contextos latinoamericanos, de 2009, Picq escribió el artículo ‘La violencia como factor de exclusión política en las mujeres indígenas en Chimborazo’. En su estudio dice que pese al protagonismo que tuvo en los levantamientos de los años 90, siguen siendo víctimas de altos índices de pobreza y violencia, y han sido excluidas de la política formal. Cuestiona, además, la ausencia de un feminismo indígena.

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¿Por qué la importancia de la visión indígena para las organizaciones y estudiosos internacionales? Para Gloria Chicaiza, integrante de la ONG Acción Ecológica, que trabaja con comunidades indígenas, la causa indígena es el termómetro que mide si va bien o no un país, pues de ellos nace el concepto del Buen Vivir, acuñado después por este Gobierno.

“Para nosotros, los indígenas son las pistas que nos están diciendo hacia dónde deberíamos ir como organización, a dónde está caminando el país en temas importantes. Nos dice que la convivencia que estamos teniendo hoy va en contra de lo que habíamos acordado en la Constitución de 2008”, afirma.

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Chicaiza cree que los insultos y el racismo que se evidencia al decir que los indígenas son utilizados para defender intereses de las ONG o de la derecha no generan un ambiente para discutir lo de fondo e invisibiliza la fuerza propia del indigenado.

Más allá de sus estudios, Picq ha dicho que está comprometida con la causa indígena. En 2013 se casó con Carlos Pérez Guartambel, presidente de la Ecuarunari, mediante un rito ancestral cañari. (I)