La pequeña localidad Roses, en el norte de España, podría verse obligada a terminar con la tradición popular de la persecución de los patos, después de que una bañista agredió con un ave a un activista que se manifestaba en contra de la fiesta.

La tradición de la "Empaitada d'ànecs" es celebrada desde 1918 en este municipio catalán y consiste en lanzar a unos 50 patos al mar para que sean atrapados por los bañistas, que los llevan de vuelta a la playa.

Sin embargo, el domingo pasado una mujer agredió con un pato que tenía agarrado por las patas a un activista por los derechos de los animales, que filmaba la fiesta para denunciar la crueldad a la que son sometidas las aves.

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"Sigue, sigue, sigue. Sigue maltratando. Yo te filmo. Un poco de empatía hacia los animales. También tiene vida como vuestros hijos o vuestra familia", dice militante durante el video, publicado en las redes sociales, que ha sido visto 40.000 veces.

Antes de ser evacuados por la policía, el resto de los manifestantes que protestaban en contra de la tradición gritaban consignas como "con tu perro no lo harías".

Interrogada por el diario local Emporda, la alcaldesa de Roses, Montse Mindan, propuso realizar una consulta el próximo año para saber si los habitantes de la localidad quieren mantener la tradición.

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"Medio centenar de patos son lanzados al mar para ser perseguidos y capturados por el gentío a nado. Esto les genera estrés, hemorragias internas, dolor, miedo y sufrimiento", describe la organización Animal Recue España.

En una petición publicada en el portal Change.org, la organización pide a la alcaldía que prohíba la fiesta, al igual que los encierros de toros, también muy populares en Roses. Desde el 14 de agosto, la demanda había recibido más de 10.000 firmas. (I)