Su llegada era esperada por los comerciantes de cangrejos del Mercado Caraguay. Fue a las 12:48 de ayer que Guillermo Apolinario llegó a bordo de su canoa con una carga de cinco gavetas de jaibas, el crustáceo que figura como alternativa durante el periodo de veda, de un mes, del cangrejo rojo.

En cuanto los estibadores subieron las cajas al área de ventas del mercado de mariscos, empezó el negocio. De un comerciante, Apolinario recibió dos billetes de $ 20, luego uno más de $ 10. Transaban la valía de una gaveta, luego del total de una gaveta y media; los pagos no son fijos por caja, varían según el tamaño de las jaibas.

Raúl Zambrano, un comprador, señaló que paga $ 30 por una de esas gavetas. “Ahí vienen unos 20 machos y unas 40 hembras, que son más pequeñas”, decía luego de apropiarse de la cantidad de crustáceos correspondientes a una gaveta y ya listo para lo suyo: la reventa del producto allí en la Caraguay, ubicada en el sur de la ciudad.

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Los vendedores las ofrecieron a $ 2 cada una, o tres unidades por $ 5. Pocos pagan $ 3 por una sola jaiba, aseguraron.

En cangrejales, donde este crustáceo es alternativa para los amantes de las manos gordas, una puede costar hasta $ 6. Sucede en la cdla. Kennedy.

Roberto Aguirre, habitante de Las Malvinas y quien ha consumido jaibas en días de no restricción del cangrejo, comentó que ha pagado $ 1 por cada crustáceo “y de los grandes”.

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Apolinario trajo las jaibas de la isla Matorillo, en el golfo de Guayaquil. Contó que ayudado por nueve hombres tendió su trasmallo a lo largo de más de 400 metros y horas después recogió los crustáceos, que a diferencia del cangrejo no se capturan a mano en el mangle, sino en la ribera del río Guayas.

Mariano Parrales, dirigente cangrejero, quien ayer en la Caraguay ofertaba conchas “pata de mula” a $ 2 cada una, señaló que las jaibas también llegan de otros tres puntos del golfo: Puerto Roma, Las Cruces y el recinto La Unión.

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Descartó que esos crustáceos verdosos, de caparazón más duro que la especie en veda y con más carne, sean la alternativa de trabajo para los cangrejeros en el mes de prohibición. Contó que gran parte de ellos descansan y se mantienen con ahorros, mientras que otros optan por irse al mar con pescadores o ser oficiales de albañilería.

Justo Suárez, dedicado a la captura de jaibas, dijo que su labor demanda inversión semestral porque el crustáceo “daña piola rapidito”. Refirió que para suplir una franja de red de 400 metros necesita casi tres carretes de soga de 40 libras, cada una a $ 250, afirmó.

Suárez quisiera vender jaiba por libra, a razón de $ 1 o $ 1,50. Sostuvo que cada gaveta pesa 60 o 70 libras, lo que supondría una ganancia representativa, acorde con la inversión.

El comerciante Noé Álava esperaba comprar en la Caraguay una gaveta en $ 60 para vender al menudeo los crustáceos en el sector La Ladrillera, en el noroeste de la ciudad, donde vive y tiene clientes. Pero se retiró 40 minutos antes de que llegara Apolinario, su proveedor. Él aguardó dos horas con su balde. Abordó la línea 121.

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Álava es vendedor ambulante como Freddy Cuzme, quien en triciclo recorre el sector del puente de la A, en el sur de la urbe, ofertando jaibas, las que vende tres por $ 5. (I)

Cangrejo rojo
Regulación

Veda
Del 15 de agosto al 15 de septiembre rige la veda del cangrejo rojo que las autoridades imponen por la muda del caparazón del crustáceo, proceso en el cual desprende oxalato de calcio, dañino para la salud. La veda prohíbe la captura, tenencia, procesamiento y comercialización del marisco.

El cangrejero que ha ahorrado, descansa; pero hay otros que se van como ayudantes de pesca o de albañilería, pocos se ponen a coger jaibas.Mariano Parrales, dirigente cangrejero