Encerrados en un estadio de fútbol bajo el sol, sin alimentos, agua ni instalaciones sanitarias, un millar de refugiados hicieron ayer fila por varias horas para registrarse ante las autoridades griegas en la isla de Kos, ahora en el frente de la crisis humanitaria en este país en quiebra financiera.

Después de enviar refuerzos policiales, el gobierno prometió alquilar un buque comercial para alojar hasta 2.500 personas.

Grecia se ha visto sobrepasada por la oleada sin precedentes de refugiados y migrantes por razones económicas. Más de 125.000 han llegado a las islas del Egeo oriental en este año, 750% más que en 2014.

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En tanto, unas 60 personas desaparecieron después de que una lancha neumática en la que viajaba un centenar de inmigrantes se desinflara el martes, en el Mediterráneo. Unos 52 ilegales fueron rescatados. (I)