Maruja Gabino, de la comuna Juntas del Pacífico, ayer sepultó a su hijo menor, el goleador del torneo de la Liga Parroquial de Simón Bolívar, Hilario Ramírez Gabino, de 21 años, quien murió el domingo pasado de un paro cardiaco cuando jugaba en la cancha de la parroquia Julio Moreno, de Santa Elena.

En ese partido también jugaban dos hermanos de Hilario.

Otros dos hijos de Gabino también fallecieron en iguales circunstancias. Hace siete años murió de un paro cardiaco Hólger Gabino, cuando tenía 21 años y jugaba fútbol. Hace cuatro años otro hermano, de 16 años, pereció de un paro.

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“No sé qué es que les pasa a mis hijos, salió a jugar con los hermanos, él no estaba enfermo”, lamentó la madre.

Decenas de espectadores observaban el partido. “Abrió un pase al lado derecho, en lo que pensó adelantar, dio un paso, quiso hablar, se desmayó y cayó. Cuando vinimos a ver al doctor le pusieron oxígeno, pero ya no reaccionó”, relató Jorge, hermano del fallecido, quien se hallaba entre los asistentes.

Tras las primeras muertes, los Ramírez Gabino ya se habrían realizado exámenes médicos para determinar alguna anomalía, pero en los resultados no hallaron irregularidades. (I)