“Si nuestro amor se acaba/ si nuestro amor termina/ ya no me queda nada/ para vivir la vida;/ si ya olvidaste todo,/ también tus juramentos (...)”. La música del mexicano Vicente Fernández acompañaba a una veintena de hombres y mujeres cuando ensillaban los caballos atados a árboles de teca.

Los equinos relinchaban al ser ensillados por los jinetes, al borde del río San Antonio, en la comunidad El Changuil, donde se inició la cuarta cabalgata La Ruta del Ferrocarril, que avanzó hasta la hacienda San Rafael, en el cantón Bucay.

La música ranchera, común en estas actividades, provenía de una cabaña donde otro grupo de caballistas preparaba la indumentaria para la jornada.

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Entre los ejemplares que eran ensillados había un caballo americano de raza Cuarto de Milla. Para orgullo de su jinete, el color café brilloso era llamativo, igual que su musculatura.

Otro vistoso era un caballo blanco, imponente, de origen inglés y de aparente mansedumbre. Este era peinado por su dueño. Había una gama de razas: el criollo ecuatoriano, de paso fino colombiano, peruano, españoles, y mezclados entre hannoverianos (alemanes) y criollos argentinos.

De estos últimos hubo seis ejemplares de la Policía Nacional, que acompañaron el recorrido de tres horas que empezó cerca de las 12:20 del sábado pasado con la participación de unos 300 caballistas.

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“El objetivo principal es difundir el turismo. Difundir que esta zona tiene potencial turístico”, expresó Jorge Villacreses, presidente de la Asociación de Fincas San Rafael.

En doble columna, los jinetes descendieron hacia el empedrado río San Antonio, cuyo nivel no llegó al pecho de los caballos que caminaron contra la corriente, hacia el norte.

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“Es espectacular, es una terapia, la recomiendo a todo el mundo”, refirió Betty Romero montada en Guille, su corcel americano de raza Pinto.

Luego de cruzar a lo ancho del arroyo, siguieron en tierra, en medio de cañaverales, sembríos de piña y haciendas cacaoteras. También bordearon el río Chague y la línea férrea, en el sector de San Pedro.

“La ruta es muy buena, una ruta country básicamente, de campo traviesa, nos metemos a las haciendas, vemos la ganadería, los cultivos de frutas, se ve mucho paisaje natural, montaña, ríos”, refirió el manabita Fausto Álvarez, quien vino de Montecristi.

Al llegar a la hacienda San Rafael hubo un festival musical, comida criolla, y se eligió a Valentina Villacreses, hija del organizador de la cita, como reina de la cabalgata. (I)

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