El presidente del Gobierno marroquí, Abdelilah Benkirán, ha confesado que sus hijos también sufren estrecheces financieras que les han impedido salir a estudiar al extranjero o que les obligan a aceptar empleos mal remunerados.

El diario Al Masae recoge este hoy las palabras de Benkirán ante las juventudes de su formación, el islamista Partido Justicia y Desarrollo, en lo que parece un discurso destinado a subrayar la intransigencia de su partido ante la corrupción y los problemas de los jóvenes.

En este contexto, Benkirán explicó las vicisitudes a las que se han visto expuestos sus hijos y su incapacidad para poder ayudarles precisamente por su cargo como presidente del Gobierno.

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Entre los ejemplos que puso destaca el de una de sus hijas y su yerno, quien decidió marcharse a Alemania a buscar trabajo y en varias ocasiones se vio obligado a buscar cobijo en una mezquita.

Asimismo, su hija, que estaba embarazada, tuvo que trabajar cuidando a niños para poder pagar el alquiler, pese a que cuenta con dos másters.

Situación familiar

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Durante su alocución el jefe del Gobierno pasó revista rápidamente al resto de su familia, y así los jóvenes islamistas pudieron saber que el presidente careció de los medios económicos necesarios para pagar los estudios en el extranjero a uno de sus hijos.

Un familiar de Benkirán, que comparte un terreno con la esposa del presidente, se hizo cargo de los gastos de la carrera de este joven, y cuando regresó a Marruecos consiguió trabajo.

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Cuando todavía no era presidente, uno de sus hijos le pidió ayuda para entrar en la Escuela nacional de Comercio y Gestión (ENCG), mientras que a una de sus hijas, que es profesora, se le denegó su diploma canadiense y tuvo que estudiar su máster en Marruecos. Gana menos de 800 euros al mes.

El presidente habló también de otra hija que se marchó a vivir a Arabia Saudí porque su marido encontró trabajo allí.

Las explicaciones de Benkirán contrastan con la realidad de una clase política marroquí que en numerosas ocasiones ha sido denunciada por actitudes de nepotismo y de privilegios a sus parientes cercanos, cuando en el país se respiran aires de precampaña electoral ante los comicios regionales y municipales del 4 de septiembre. (I)